Alvaro del MoralÁlvaro R. del Moral.- Güey’, vente a Aguascalientes. El largo ciclo de la localidad mexicana de Aguascalientes coincide en el tiempo con la Feria de Sevilla que este jueves inaugura el recortado tramo de festejos continuados. Los carteles, ya es sabido, estuvieron condicionados por la rebelión de esos cinco que -sólo hay que preguntar por la calle- ya han perdido la empatía que pretendían encontrar en el aficionado sevillano después de su plante a Valencia y Canorea. Excluyendo a Manzanares -que debe andar lamentando meterse en una guerra que no era la suya- , el resto de los generales y coroneles alzados se anuncian en la feria azteca en amor y compaña. Talavante ya actuó el domingo enseñando su enésima reconversión estilística que, dicen, deja atrás los espantos formales de los últimos años. Pero hay un caso paradigmático: el de ese Morante dolorido de un porrazo malagueño que le sirvió para justificar su ausencia en Zaragoza el lunes de la pasada semana -la cosa tampoco pintaba demasiado fina en la taquilla- pero no le impidió viajar al ciclo hidrocálido en el que le pegaron tres broncas de padre y muy señor mío este mismo sábado. Aún le queda otra más.

Te voy a hacer unos calzones… El mariscal de los rebeldes también se anuncia dos tardes en la lujosa feria hidrocálida. Y todos brindan por ese México lindo y querido que embriaga los sueños de las figuras. ¿Anhelan el trasplante de ese modelo taurino en esta orilla?  Parece no darse cuenta de que acá no sería válido ni aceptado. Con ese dudoso trasvase de ideas -otro toro, otras exigencias, otro dinero- sólo conseguirían desprestigiar sus galones de grandes figuras. Lo son por derecho propio, con o sin el error garrafal que les ha llevado a renunciar a una plaza, la de Sevilla, que no perderá su condición de primer escenario del toreo sea cual sean los toreros que se anuncien y los empresarios que la gestionen. La plaza seguirá ahí y la tormenta acabará amainando. Hace muy pocos días, una gran señora de Sevilla -esposa de un veterano y prestigioso ganadero de bravo- daba en la clave del asunto. “Buscaban castigar a la empresa pero sólo han conseguido castigarnos a nosotros, los aficionados”. Ni más, ni menos.

La cosa se pone fea en Los Califas. Las últimas noticias certifican el desastre. La sociedad propietaria de la plaza de toros de Córdoba ha llevado a un juzgado a la extraña tropa comandada por el empresario venezolano Ricardo Ramírez, que aún detenta la explotación del agonizante coso de Los Califas. Las intenciones de los propietarios pasan por rescindir el contrato que aún les une a Ramguertauro -así se llama el invento- para poner la organización de la inminente Feria de la Salud en manos de otros gestores que garanticen una mínima calidad de los carteles además -esto es de lo que menos se ha hablado- de la necesaria solvencia económica para afrontar los pagos a toreros, ganaderos y otros proveedores. Los primeros cañonazos son de sobra conocidos: Finito quedó fuera de unos carteles que, sin solución de continuidad, fueron vetados por los propietarios. Pero aunque los lamentos del torero -que no había faltado al ciclo cordobés desde 1989- destaparon la caja de los truenos el tema tenía mucho mayor alcance y se mezcabla con la extinción de ciertos avales y las llamadas infructuosas para que Ramírez se presentara en Córdoba a dar las mínimas explicaciones. Dicen que el empresario apareció ayer por la ciudad califal. No sabemos si para tratar de recomponer los platos rotos con los dueños de la plaza o para tratar de sacar adelante la feria que tenían preparada. Sea como sea, también se dice que la propiedad tiene ultimado su plan B aunque el C sólo puede pasar por una profunda reflexión de lo que se ha hecho bien y mal pensando en el futuro inmediato de una plaza que se encuentra en la cuerda floja. Los dueños han hecho lo que tenían  que hacer -intentar echar al tal Ramírez- pero seguramente han abordado el asunto demasiado tarde, a menos de un mes para el comienzo de la Feria. Era la crónica de una muerte anunciada…

Y en estas, que vuelve Tomás. Vayan pensando en sacrificar el cabrito cebado. El Divino ha revelado el primer escenario de su cuarta venida. Tomás volverá a reencarnarse en el Corpus granadino emparedado entre Finito -que este año está para un roto y un descosido- y un hipotético diestro emergente. Se habla de otros escenarios que huelen a sal y mar como los del Puerto de Santa María, Málaga y Huelva. No sabemos si el diestro madrileño añadirá otras fechas y otros puertos a sus particulares galas de sábado aunque sí podemos constatar que el exasperante manejo de los tiempos ha terminado de minar la paciencia de los más fieles. El anuncio de esta vuelta -el pasado año se gafó por aquel pisotón campero que trajo tanta cola- no ha despertado el mismo entusiasmo de otras ocasiones. Hasta los misterios se acaban quemando…

(*) Publicado en el blog La tarde colgada al hombro…

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