Sevillatoro.- La corrida de toros anunciada hoy, 15ª del abono, dentro del ciclo de la Feria de Abril fue suspendida por iniciativa de la autoridad, aunque los espadas anunciados se rebelaron y se plantaron en el centro del ruedo en señal de protesta.
La situación fue insólita en la Maestranza. Hasta el centro del ruedo, donde estaban los toreros con sus cuadrillas, se acercaron tanto el Delegado Gubernativo como unos números de la Policía Nacional para aconsejar a los espadas que se retiraran de la zona. Finalmente, Salvador Vega, Salvador Cortés y Daniel Luque accedieron a retirarse.

La película de los acontecimientos se remonta al sorteo de los toros de Alcurrucén, celebrado a media mañana. En contra de lo ocurrido en los festejos del martes y miércoles, suspendidos a media mañana, se dejó abierta la posibilidad de celebrar este espectáculo según la climatología. Durante la mañana llovió en forma de chubascos intermitentes y el viento azotó la ciudad.
A las seis de la tarde, el piso de la Maestranza presentaba mal aspecto con grandes lagunas de agua, mientras los operarios intentaban arreglar el ruedo. Poco después descargó un intenso aguacero, justo cuando las cuadrillas aparecían para inspeccionar el piso plaza.

Al rato, un empleado de la plaza anunció por medio de una pizarra que el comienzo de la corrida se demoraba media hora.
Sin embargo, a las siete menos cuarto se conocía que el presidente había tomado la decisión de suspender el festejo. Antonio Pulido, presidente de la corrida, había aplicado el artículo 63 del Reglamento, que le faculta para decidir una suspensión de forma unilateral si aprecia que hay riesgo para los preofesionales.

A todo esto, los toreros intentaban hablar con Antonio Pulido con la intención de que no se exhibiera la tablilla, ahora la famosa pizarra escrita con tiza. El operario que portaba el comunicado iba escoltado por varios números de la Policía, según parece para evitar que algún torero pudiera borrarla.

Fue entonces cuando los matadores se hicieron presentes en el ruedo con gestos llamativos sobre su intención de torear. Después de un tiempo en el centro, tanto el Delegado Gubernativo como la propia Policía Nacional lograron que se marcharan al patio de cuadrillas. El público, perplejo por la nota de suspensión y por la actitud de los matadores, permaneció mucho tiempo en la plaza. Mientras, los matadores pasaron a las dependencias del coso para hablar con el presidente, que según todas las fuentes se había recluído en su despacho.

Antonio Pulido, en conversación exclusiva con Sevillatoro, manifestó que «es cierto que salió la tablilla anunciando una demora de 30 minutos, pero luego tuve una información que me anuncibaba lluvias por la tarde, de forma que opté por suspender en beneficio de los espectadores. Desde el principio tuve claro que debía suspender porque el estado del ruedo era peligroso, tanto para lidiadores como para otros paricipantes a los que nadie pregunta, por ejemplo lo monosabios».

Las declaraciones de los toreros contribuyeron a aclarar algunos aspectos. Salvador Vega, director de lidia, se mostraba muy enfadado con la decisión unilateral del presidente:

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