Luis Carlos Peris.– Olivenza se considera desde hace unos años como el pistoletazo de salida para la temporada. Si antañazo era Castellón y más tarde Valdemorillo con sus fríos, el tesón de Pepe Cutiño consiguió que se considerase la Raya de Portugal como el escenario para alzar el telón. La presencia de las figuras fue fundamental para que el precioso pueblo extremeño entrase de pleno derecho en el calendario natural del curso. Y en esta ocasión, con una temperatura confort, se ha repetido la escena de las salidas en hombros de la terna o de casi toda ella. Y cuentan y no acaban de cómo ha aparecido esa especie de cóndor andino que es Andrés Roca Rey. El inca, que ya puso su tarjeta de presentación un día antes en Illescas, ha asombrado jugándose la vida ante un complicado toro de Daniel Ruiz y deja bien claro que su condición de revulsivo no ha sido flor de un día, claro que no.

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