El Cid_Santander_indultoLuis Carlos Peris.- Cuando la temporada sevillana tocó a su fin sólo a expensas de lo que depare el festival del día 12, dos noticias sobresalen sobre todas las demás. Una buena y otra mala, una como confirmación de que quien tuvo retuvo y otra que desvela cómo el populismo antitaurino puede acabar con una feria clave en el norte de esta nuestra España. La noticia buena es la forma cómo se ha reencontrado consigo Manuel Jesús El Cid; la mala es que precisamente la plaza donde el saltereño recondujo su carrera corre peligro de clausura. Santander fue el escenario donde el saltereño se vino arriba con Madroñito y el domingo con otro albaserrada, Murcianito, reconquistó Las Ventas, su plaza de adopción. Lo que nos llena de alegría, pero sin que pueda paliar el disgusto por la actitud de unos sectarios revanchistas que quieren dejar a Santander sin su mejor atracción ferial.

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