Se celebró el festejo y eso ganó la afición, porque hubo variedad en toros y toreros. A las tres de la tarde, nadie pensaba que la corrida se podía celebrar. Entre otras cosas, fue una tarde de grandes banderilleros en competencia.

MÚSICA PARA CURRO MOLINA. En una tarde de tantos buenos pares de banderillas, Curro Molina cuajó dos soberbios en el segundo. Saludó con música incluida.

CUADRILLAS BRILLANTES. Hubo más cosas buenas en las cuadrillas, como el recital de buena lidia de Curro Javier y El Boni, los pares de Juan José Trujillo, los de Pablo Delgado, la forma de picar de Josele. Todo un curso de buenos toreros de plata, como corresponde a la Feria de Sevilla.

DOS DERRIBOS. El magnífico toro quinto, de nombre Guajiro, derribó en sus dos entradas al caballo montado por José Doblado, algo muy infrecuente en los tiempos que corren.

APLAUSOS PARA MOLESTAR. A veces suceden cosas que no son propias de una plaza como la de Sevilla. El Cid no se acopló con el cuarto, pero de ahí a aplaudir al toro en el arrastre sólo para molestar al torero, media un abismo. En ese mismo toro, cuando se resistía a morir, parte de la plaza tocó palmas, cuando no había sido bravo precisamente.

TODOS DE AZUL. Manzanares vestía de azul y oro. Sus tres banderilleros, Trujillo, Blázquez y Javier iban de azul y plata perfectamente vestidos.
 

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