La corrida estuvo presidida por la lluvia en los cuatro primeros toros, intermitente pero muy molesta.

LUCES ENCENDIDAS. Las luces de la plaza estaban encendidas desde el comienzo de la corrida. El cielo estaba cubierto de nubes negras. La luz estaba justificada.

GALLO DE LOS CLARINES. En el cuarto bis, los clarineros obsequiron a la plaza con su gallo de todos los años. Nada que objetar, porque luego lo arreglaron alargando los toques con maestría.

LAS CUADRILLAS. Tarde gris para las cuadrillas. En la de Ponce, discreción. De la de El Cid, buena la lidia de El Boni y puyazos acertados de Manuel Jesús Ruiz Román, Pésima la tarde de la cuadrilla de Talavante.

BRINDIS AL PADRE. El Cid le brindó el quinto a su padre, que presenció la corrida desde el callejón. Fue un brindis especial, seguro que muy emotivo para el de Salteras, y que la plaza no captó en su toda su importancia.

LOS TOROS DE LOS CHINOS. La voz surgió del sol alto: ¿Dónde compráis los toros? ¿En los chinos? Lo dijo cuando un toro mostraba su mansedumbre y pocas fuerzas, aunque la de El Puerto tuvo toros para hacerles el toreo bueno, como el lote de El Cid.

CUBATISTA. El sexto se llamaba Cubatista, el mismo nombre del toro que le causó la muerte a Manolo Montoliú en esta plaza el 1 de mayo de 1992.
 

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