Carlos Crivell.- Traca final de las grandes en la última de la Feria a cargo de Manuel Escribano, que acaba un ciclo para ponerle un marco. Estuvo muy bien toda la tarde, le dio a cada toro lo que necesitaba, sobre todo al extraordinario Choricero, un toro de bandera, que debió recibir los honores póstumos de la vuelta al ruedo. Si no la recibe un toro con tanta categoría ¿quién la puede merecer?

Se fue a recibir al toro cárdeno, fino de cabos, una estampa, a portagayola, para seguir con seis verónicas en los terrenos de toriles. Lo picó muy bien Manuel Sánchez y el toro respondió como bravo. Hubo un quite de esos improvisados de Antonio Ferrera. El de Miura apretó mucho en banderillas y Escribano cuajó un buen tercio con los palos. Su fortaleza es incuestionable.

Se fue al centro y citó de largo. El toro se vino pronto y alegre y se lo pasó dos veces por la espalda y remató con el de pecho. Ya la banda había comenzado a tocar el pasodoble. A continuación, Escribano se recreó en dos tandas con la derecha con mucho temple, tal vez algo cortas, pero era la medida del toro. Incluso hubo un resbalón del torero al finalizar una de ellas. Cogió la izquierda y templó de manera sublime, ahora ya con tandas más largas. Naturales soberbios de principio a final. Los que merecía un toro que seguía a lo suyo, que era embestir por abajo. Acabó con la derecha, se mostró torero y sin concesiones a la galería, y le metió una estocada baja. Ay, cierto, una estocada muy visible en los bajos, suficiente para dejar el premio en una oreja cuando había sido faena de doble trofeo. Y el toro se fue ovacionado, poca cosa para tanta bravura y clase. El palco debería estar pendiente de la bronca que le estaban recetando y se quedó con el pañuelo azul guardado.

Escribano rayó a un nivel muy alto toda la tarde. Al primero de su lote, un toro más escurrido, pronto y alegre en los primeros tercios, le puso banderillas con un tercero al quiebro y al violín soberano. Comenzó con cuatro estatuarios y el de pecho. El toro comenzó a reponer sobre las manos y soltó la cara sin poder facilitar el toreo con temple o ligado. Solo le quedó estar valiente.

Con el sexto se fue de nuevo a la puerta de toriles, el toro salió distraído, lo enceló y logró la larga inverosímil, seguida de verónicas apretadas mirando al tendido. Se enceló el de Miura en el caballo y allí perdió fuelle. Volvió a poner banderillas en una demostración de arrojo y voluntad. Se fue a los medios, lo trató con templanza, pero animal derivó en una sosería que le impidió rematar a lo grande su tarde. Se quedó quieto, sacó pases imposibles, estuvo hecho un torero de cuerpo entero. Y lo mató, también en zona bajita. Pero la plaza reaccionó para dedicarle una ovación de lujo. Qué tarde más buena de torero cabal la de Escribano.

Sin fortuna, Antonio Ferrera mató tres toros que no le ayudaron mucho. El primero llevó siempre la cara alta y solo cuando lo citó con la voz o dando un zapatillazo logró algún derechazo estimable. El tercero era un señor toro, aplaudido de salida. Se dejó pegar en varas y tuvo cierta bondad en la muleta, de forma que Ferrera, de nuevo a la voz, logró pases de cierto relieve, aunque sin clamor. Y el tercero que mató, quinto de la tarde, fue un cinqueño enorme que besó mucho el albero. Embistió rebrincado, le puso voluntad, los pases eran la mitad de lo debido, y lo mejor fue la estocada a este toro.

Y se acabó la Feria con esa traca final de una gran faena a un gran toro, que así deben ser las cosas de la Fiesta. En una Feria de grandes faenas y de toros buenísimos, Escribano y Choricero pasan a ocupar un lugar de honor en este exitoso ciclo.

Plaza de toros de Sevilla, 1 de mayo de 2023, decimoquinta de abono. Dos tercios de plaza. Seis toros de Miura de hechuras y comportamientos variados. Destacó el cuarto, de nombre Choricero, número un gran toro en todos los tercios. Complicados, 1º y 2º; noble con la cara alta el 3º; flojo el 5º y noble y soso, el 6º.

Antonio Ferrera, de grana y oro. Estocada tendida y caída (silencio). En el tercero, pinchazo y estocada (silencio). En el quinto, estocada (palmas).

Manuel Escribano, de verde esmeralda y oro. Estocada caída y dos descabellos (silencio). En el cuarto, estocada baja (una oreja). En el sexto, estocada desprendida (ovación y saludos).

Se quedó en un mano a mano por lesión con parte facultativo de El Fandi. Saludaron en banderillas Joao Ferreira, Alberto Carrero y Ángel Otero.