La sexta de abono fue otra corrida torista que resultó un fracaso por culpa del toro. La de Cebada Gago fue mansa y descastada. Aún así se dejaron torear algunos y sólo quedan las verónicas de vilches y algunos derechazos de César girón. López Chaves no fue el de otras veces.

Cebada Gago / Chaves, Vilches y Girón.
Seis toros de Cebada Gago muy serios y de trapío impecable;_mansos, broncos y con peligro. El sexto, el mejor, con un buen pitón derecho.
López Chaves: silencio tras dos avisos (estocada tendida y seis descabellos) y silencio (dos pinchazos y media). Luis Vilches: silencio (dos pinchazos, pinchazo hondo y descabello) y ovación con saludos (estocada y descabello). César Girón: silencio (dos pinchazos y estocada) y ovación (tres pinchazos y descabello).
La Maestranza, quinto festejo, dos tercios de entrada en tarde agradable.

Carlos Crivell

Segundo día de corrida de toros duros, sobre el papel, y segundo día consecutivo de profunda decepción en la Maestranza. Con estas reses acaban llevando la razón quienes esgrimen que el toro bravo surge casi siempre de las ganaderías que se ahora mismo se consideran comerciales.

Esta sexta del abono fue una sucesión de despropósitos desde el principio al final. No tiene sentido anunciar una corrida de Cebada Gago para ver un desfile de astados mansos, descastados, blandos y sin la mínima calidad necesaria. Si la de Cuadri obligaba a una reflexión, a la empresa y al ganadero, la de Cebada se ha ganado no volver a lidiar algunos años en la Feria. Las ganaderías no pueden tener impunidad en la Maestranza. El tratamiento debe ser similar al de los toreros.

Es un despropósito que un torero como López Chaves, que se ha ganado el sello de matador poderoso y valiente, pase por la Maestranza con un aire cansino, vulgar pegapases sin calidad, hasta el punto de que al verlo se tiene la impresión que su fuelle se ha agotado, dicho con el debido respeto que se le debe a un espada tan aguerrido. El problema es que a este tipo de matadores no se les permite ni un desmayo. Dentro de la escasa calidad de la corrida de Cebada, el primero de la tarde exhibió más movilidad en el último tercio. El salmantino lo pasó de muleta de forma insistente, pero ni un solo pase tenía la mínima calidad. Se lo dijo uno del tendido:

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