Manolo Grosso.- Ayer era sin duda alguna uno de los carteles claves del abono sevillano, y si me apuran mucho una de las citas mas esperadas en todo el urbe taurino, pues bien, fue un autentico desastre, y lo que es mas grave lo fue con alevosía y premeditación. ¿Quién eligió los toros de ayer?¿Quien permitió que se engañara al publico de la forma en que se hizo? No lo sé, pero fue evidente que al final fue el público y los toreros los perjudicados por todo ese submundo que es el verdadero cáncer de la fiesta.

Lo que ayer Salió por los chiqueros maestrantes no lo admiten ni en una plaza de tercera, sin embargo aquí seguro que estuvieron negociando horas y horas, para que al final el fracaso fuera total. No me quejo que la corrida no embistiera, eso nadie lo sabe de antemano, tampoco lo hago por que los dos matadores no tuvieran una tarde brillante, lo hago porque Victorino Martín o quienes fueran, escogieran unos toros escurridos y sin presencia alguna, para algo que se suponía tenia que ser una gesta y termino siendo casi una estafa consentida.

No me puedo creer que Victorino no tuviese en el campo una corrida con mayores garantías que la que mando. Tampoco parece probable, en un ganadero que tan bien conoce su oficio que esta vez se equivocara tan de lleno. El sabrá porque lo hizo y los motivos que le condujeron a esa selección final. Mientras no se demuestre lo contrario, es el ganadero quien en realidad se juega su nombre y su prestigio cuando se anuncia en los carteles el hierro que le pertenece.

Llevamos ocho corridas y ninguna ha salido encastada y brava, pero la de ayer se lleva la palma en cuanto a presentación negativa. Ya conocemos toda esa milonga del “toro de Sevilla”, pero lo de ayer no era para ningún lado, era para no lidiarlo. Una vez dicho esto, ¿que se puede decir de los matadores? Poca cosa. Que Morante iba con un precioso traje rojo y azabache, que tragó lo indecible recibiendo a su primero de capote y que hizo lo mejor de la tarde, las hermosísimas verónicas de recibo el quinto. Después poco o nada más. Del Cid, que tuvo momentos en su segundo toro, y que se salvo de milagro con un imposible sobrero. Como seria la corrida para que se estrellara un pedazo de profesional como Manuel Jesús, que para colmo es el especialista numero uno en Victorino. Borrón importante para el ganadero y aviso no menos importantes a todos aquellos que permiten que se cometan tropelías como la de ayer, acontecimientos como este son los que terminaran cargándose el prestigio de la plaza y por ende la seriedad de la fiesta.

Publicado en El Mundo el día 24 de abril de 2009

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