Manuel Grosso.- Victorino Martín ha sido siempre un ganadero que se ha jactado de conocer el juego de sus toros. Y es cierto, lo que ocurre es que hay personas que se niegan a escucharlo. Hace ya meses que comunico oficialmente que este año no lidiaría en las Ventas, porque no tenía toros al nivel de exigencia de esa plaza. Es más que evidente que debe considerar a la Maestranza como una plaza de segunda pues no ha tenido el menor pudor de presentarse en Sevilla con una corrida de su ganadería. El problema no está en él, sino en la empresa que haciendo oídos sordos a sus manifestaciones ha querido insistir un año mas en anunciar en los carteles la ya casi histórica divisa, a pesar incluso de la deleznable presentación de la que envió el pasado año.

La justificación soterrada de la falta de trapío, más que evidente de la temporada anterior, radicaba en la presencia en los carteles de dos figuras del toreo; Morante y El Cid. La de este año, aunque si bien es cierto que se ha tapado algo mas en cuanto a la forma, si exceptuamos el tercero y el sobrero, este ultimo inaceptable para una plaza como Sevilla, solo se puede entender por darle un respiro al Cid con una corrida mas suave. Pues bien, flaco favor le han hecho al torero de Salteras, metiéndole este encierro entre pecho y espalda.

Que Manuel Jesús no esta en su mejor forma es un secreto a voces, como lo es el cariño que le tiene la afición sevillana y el reconocimiento de que se trata de un torero de una vez, pero desgraciadamente ayer su ganadería favorita no le devolvió el sitio perdido y además hizo cuestionar muchas cosas a los aficionados. Estoy convencido que El Cid volverá por sus fueros cuando menos se lo piense, pero ayer me produjo cierta tristeza viéndole como perdido.

Es cierto que los siete victorinos que vimos sobre el albero maestrante no valian un duro, y lo que es peor, ni tan siquiera parecían victorinos por su comportamiento, salvo quizás el tercero, por cierto el más pequeño de la corrida, que solo daba el pego por su cabeza ofensiva. Lleva razón Victorino Martín, este año es mejor que no vaya a Madrid, porque si se le ocurre echar esta corrida es capaz de acabar con la leyenda. Lastima que no ampliara sus consideraciones a la Real Maestranza de Caballería, donde tanto trabajo le costo entrar por derecho propio. Ayer peso más el Victorino Martín tratante de ganado que el Victorino Martín ganadero, una lastima, sobre todo por el Cid y sus dos compañeros de cartel que se merecían otro trato.

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