La presencia de la Infanta Elena en el palco real, acompañada por el teniente de hermano mayor de la Real Maestranza, Alfonso Guajardo Fajardo, supuso un nuevo respaldo de la Familia Real a la Fiesta. En la línea de su recordada abuela, doña María de la Mercedes, y siguiendo el rumbo marcado por su padre, el Rey Juan Carlos, la Infanta también dijo en Sevilla «por supuesto» que estamos con los toros.

LAS CUADRILLAS. Con el ruedo en condiciones nada fáciles por la lluvia, las cuadrillas cumplieron bien. Entre todos, destacaron Curro Molina, con dos soberbios pares, y la buena lidia del Niño de Leganés al cuarto. Se sumó al saludo de Curro Molina el tercero, Pablo Delgado.

LÁGRIMAS Y TORERÍA. El tercero de El Juli, Emilio Fernández, levantó al cuarto al tratar de apuntillarlo. Fue un detalle que pudo privar a su maestro de cortar las orejas y que podía haberle cerrado la Puerta del Príncipe. El final fue feliz, aunque Emilio lloró en la vuelta al ruedo. El detalle de El Juli fue inmenso. Le dio a su banderillero un abrazo emocionante. Fue un detalle de torería inolvidable.

EL RUEDO. El ruedo aguantó la lluvia permanente que cayó durante todo el festejo. No se formaron charcos. Es posible que el nuevo drenaje ya se esté notando en casos de festejos como el celebrado en la tarde de ayer.

LA MÚSICA. Muy bien la banda al tocar durante toda la faena de El Juli en el que abrió plaza.

CASTELLA. El francés no brindó a la Infanta Elena ningún toro. Mal detalle por muy francés que sea Sebastián 

 

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