Antonio Nazaré cortó la oreja de verdad de una tarde alegre, facilona, la que cerraba el año en la Maestranza, con tres buenos toros de Marqués de Domecq, de pobre presencia, mientras que la oreja de Salvador Cortés fue de menor entidad. Mora dio una vuelta al ruedo.  llama a la puerta

Plaza de toros de Sevilla, 12 de octubre de 2011. Corrida a beneficio de la Cruz Roja. Un cuarto de plaza. Seis toros de Ganadería Marqués de Domecq, desiguales de presencia y juego. Mal presentados segundo, tercero y cuarto. De excelente juego el tercero, buenos segundo y cuarto. En general, flojos. Primero, quinto y sexto, descastados. Minuto de silencio por Luis González al final del paseíllo.

Salvador Cortés, azul marino y oro, pinchazo y estocada atravesada (silencio). En el cuarto, estocada (una oreja).
David Mora, celeste y oro, estocada caída (vuelta al ruedo). En el quinto, pinchazo y estocada (saludos).
Antonio Nazaré, de blanco y oro, estocada contraria y descabello (una oreja). En el sexto, estocada tendida (saludos).

Carlos Crivell.- Sevilla

El final de la temporada sevillana, anunciado con un clarinazo que duró una eternidad, fue la ocasión propicia para desvelar algunas claves. Fue una corrida sin abono que dejó en evidencia a la afición de la ciudad y su provincia. Poca gente en los tenidos maestrantes. Se lidió una corrida de presentación justa, sin fuerzas, picada de forma simbólica y con tres astados de gran calidad. Es decir, una corrida para figuras del toreo. Finalmente, el festejo deja en muy buena situación al torero nazareno Antonio Nazaré, que en la temporada ha cortados dos orejas y lo ha hecho con un toreo de calidad y un valor sereno.

Decíamos que fue una corrida para figuras. De los tres buenos, el tercero fue soberbio. Un toro soberbio necesita delante siempre un buen torero. A mejor torero, mejor es el toro. Ello quiere decir que Antonio Nazaré movió su muleta con el temple preciso, mandó y remató por abajo y se quedó siempre colocado para ligar. Toreó de verdad Nazaré. Y el toro se lució planeando con una clase admirable. Toro bueno y torero a su altura. La faena tuvo pasajes de una gran firmeza, los de pecho resultaron brillantes y los adornos muy conseguidos. La oreja que cortó Nazaré fue de verdad.

Se esperaba que redondeara su tarde en el sexto, pero ese toro de nombre tan extraño, Jativi, que le ponía el broche al año en la Maestranza, fue malo sin paliativos. Reservón y rebrincado, llegó a desarrollar mal estilo en la faena. Nazaré cumplió con valor.

David Mora volvía a Sevilla en este año de su encumbramiento. Sus cualidades como capotero quedaron de manifiesto en el saludo al segundo y en los quites en los que intervino. Su faena a ese toro tuvo calidad a ratos, siempre con ese buen concepto que atesora, tal vez algo distanciado a la hora de reunirse con del Marqués. Toreó más por la derecha, apenas una tanda final por la izquierda, y algunos de pecho le salieron perfectos. A la faena le faltó el indicado ajuste, de forma que a pesar de matar a la primera se quedó sin trofeo. No lo pudo lograr ya con el quinto, toro de poca casta, reservón y parado. Hizo un esfuerzo que el público reconoció.

Salvador Cortés le cortó una oreja al cuarto, toro tan chico como bueno. La primera parte la basó en la izquierda con tandas desiguales. Entre pases de mayor trazo hubo algún enganchón y citó mucho fuera de cacho, de forma que desplazó algo las embestidas del animal. Levantó el vuelo al final con la derecha, sonó la música y lo mató pronto. El resultado fue una oreja que no tenía mucha consistencia. El fin de fiesta ayudaba a los regalos, ya del propio público, ya del palco, ya de la música, que tocó de forma reiterada para animar al cónclave sin tener en cuenta la entidad del toreo exhibido en muchos momentos.

Salvador Cortés había abierto la corrida con un toro que se quedó corto y echaba la cara arriba. La faena no subió de tono con un animal sin casta brava en su sangre. Brindó Cortés el toro al taurino Manolo Márquez, un símbolo del toreo sevillano cuando había mucha más afición que en nuestros días.

Nazaré ha llamado a la puerta del toreo porque tiene cosas que decir. Por ahí hay unos cuantos toreando muchas tardes con menos clase y valor que el de Dos Hermanas. Que sea para bien esta oreja de verdad que ha cortado en la Maestranza.  

Foto: Álvaro Pastor Torres