El malagueño Jiménez Fortes fue el más lucido de la novillada celebrada en la Real Maestranza el domingo. Dio sendas vueltas al ruedo en sus novillos. El nazareno Manuel Fernández también dio otra vuelta al anillo.
Se lidiaron novillos de El Serrano, bien presentados y de juego desigual. Destacaron el segundo y el primer sobrero que se lidió como sexto.
Ignacio González , silencio y silencio tras aviso. Manuel Fernández, ovación y vuelta al ruedo. Jiménez Fortes, vuelta al ruedo en ambos.
La plaza registró media entrada en sus tendidos.
Ignacio González tuvo un primer novillo muy soso y algo tardo que no le dio opciones de lucimiento. Con el capote se limitó a pararlo en el tercio y le costó llevarlo al caballo. En el último tercio sólo pudo arrebatarle una serie por el pitón derecho ligada, donde el cordobés se lució con gusto. Lo intentó al natural, pero tampoco pudo lograr el lucimiento. Mató de pinchazo y estocada y su labor fue silenciada.
Manuel Fernández se enfrentó a un primer novillo noble, que seguía bien el engaño, sobre todo, por el pitón derecho por donde fundamentó su trasteo. Fernández estuvo muy firme con su oponente, consiguiendo sacarle dos series de toreo en redondo de mucho mérito, ya que el toro se paraba a mitad del viaje. Con la zurda se sucedieron un par de naturales de largo trazo, pero el novillo se revolvía pronto y decidió volver a la diestra. Lo mejor fue la estocada. Fue ovacionado.
Jiménez Fortes estuvo por encima de su primer oponente. El quite que ejecutó entre puyazo y puyazo de tres verónicas y media fue sólo un anticipo de lo que nos esperaba con la muleta. Jiménez brindo su faena al público antes de comenzar tanteando al toro en el tercio sin mover los pies del suelo. Después se sucedieron dos series de derechazos en los que Jiménez Fortes fue tirando del novillo imprimiendo temple en su toreo. Se mantuvo muy firme cuando el animal empezó a acortar el viaje quedándose a la mitad del muletazo. Al natural le recetó una serie de largo trazo abrochada con un circular que arrancó los aplausos del público. Quiso rematar la faena con unas bernardinas muy ajustadas. Mató bien y dio la vuelta al ruedo.
Tampoco se lució González con el cuarto, un animal que tuvo mejores condiciones que su primero. El novillero comenzó toreando en redondo, pero después de la segunda serie el animal termino parándose y lo que sucedió después no tuvo trascendencia. Tardó en caer el toro y sonó un aviso. Su labor fue silenciada.
Vio Fernández enseguida que su segundo oponente, quinto de la tarde, se desplazaba mejor por la izquierda y comenzó por ahí su trasteo. Manuel estuvo muy voluntarioso y dibujó naturales de mucho mérito, pero que fueron poco lucidos porque el animal acudía rebrincado. En redondo al de El Serrano le costaba pasar más. De nuevo lo mejor fue la estocada con la que el astado cayó sin puntilla. Fue premiado con la vuelta al ruedo.
Jiménez Fortes volvió a impregnar con su personalidad la plaza cuando quitó en el quinto. El sexto fue un sobrero de bonitas hechuras y pelaje, que salió con brío, y al que Fortes supo templar en la muleta. Se empleó en varas hasta el punto de que tiró al picador, por fortuna sin consecuencias. Destacó sobre todo la actuación del malagueño al natural, por donde consiguió exprimir todas las posibilidades de su oponente. Fue una pena que el animal se quedara parado tan pronto. Se tiró a matar con tanta intensidad que el pupilo de El Serrano le rompió la taleguilla. Necesitó de un descabello para acabar con él.
Fotografía: Álvaro Pastor Torres