Borja Jiménez. Fotos: Álvaro Pastor Torres

Carlos Crivell.- El éxito del festival que cerró la temporada en Sevilla fue el no hay billetes con una plaza desbordada de ilusión ante lo que se prometía como un día de fiesta torera. En los prolegómenos, un grupo de tambores rocieros animaron al respetable. La plaza estaba adornada con cintas con las banderas de España, limones y hojas de laurel trenzadas. Todo estaba listo para una buena tarde de toros. Tras el paseíllo, con la alocución de un speaker, se rezó la Salve y se escucharon los sones de himno nacional. El fervor patriótico estaba presente en la plaza.

Pero falló precisamente el toro, en esta ocasión reses regaladas por los ganaderos, por lo que ya se sabe que a caballo regalado no hay que mirarle el diente. Los mejores fueron el de rejones y el novillo que cerró plaza. Los demás dejaron mucho que desear.

Se corrieron dos de El Pilar, una ganadería que no goza de su mejor momento. El de Manzanares duró dos tandas con la derecha del alicantino. A la tercera cerró la puerta y dejó de embestir, o al menos eso pareció, porque tampoco el torero apretó mucho el acelerador para mejorar el escenario.

El otro de El Pilar fue una calamidad que le cayó en suerte a Pablo Agudo. No le permitió más que lucirse en un quite por chicuelinas. Tras una tanda con la diestra muy señorial, el animalito se echó y ya no hubo forma de proseguir la faena. Es decir, que El Pilar se ‘lució’.

De Garcigrande fue el tercero, al que Talavante arrolló en su mansedumbre en un elogiable ejercicio de entrega y ganas de triunfo. Si me apuran un tanto gesticular, pero se fue detrás del manso, lo exprimió cerca de las tablas en lo poco que tenía y llegó ponerse de rodillas para enjaretarle luquesinas encadenadas. Todo fue muy vibrante, con mucho gesto y entrega a falta de toreo ortodoxo. No es de extrañar que tras la estocada caída la plaza llegara a pedir las dos orejas, algo que el palco dejó en su sitio con un trofeo. Todo ello no puede oscurecer una actitud encomiable de Talavante.

El toro de Domingo Hernández fue ese tipo de toro que ahora se dice que tiene muchas teclas, lo que traducido al idioma corriente quiere decir que unas veces embistió por abajo con calidad y otras pegó regates y echó la cara arriba. Borja Jiménez se había hecho presente en el toro anterior en un quite por chicuelinas. En la faena de muleta, comenzó con doblones toreros, para seguir por tandas, mayormente por la derecha, con un prodigio de colocación y sitio en la cara del toro. Arrancó muletazos de trazo templado con la muleta por abajo muy meritorios. Los de pecho fueron soberbios. No fue igual por la izquierda, pero en mitad de faena surgió un cambio de mano que duró una eternidad. Abrochó con manoletinas y metió la espada algo tendida. La oreja fue incuestionable.

Pasado el episodio desagradable del toro de El Pilar con Pablo Aguado, salió un novillo de Bohórquez para Alfonso Cadaval. El animal fue muy triste por su sosería y falta de clase. Cadaval estuvo animoso en su intención de extraer algo de ese pozo seco.

Y así llegamos al episodio final con la lidia de un novillo de Santiago Domecq por parte del novillero, todavía sin caballos, Mariscal Ruiz. De hecho, aunque este novillo fue picado no le contabiliza como debut con picadores, lo que llegará vestido de luces en la próxima temporada. Fue un novillo noble con pocas fuerzas. Mariscal lanceó elegante y puso tres pares de banderillas muy espectaculares. Brindó la muerte del utrero a su abuelo Luis Mariscal, y compuso una buena faena en la que algunas tantas sobre ambos pitones tuvieron la virtud excelsa del temple, Muy asentado y sereno, Mariscal dejó muy claro que necesita ya enemigos de mayor tamaño. Estuvo muy bien y solo un pinchazo le privó de cortar las dos orejas.

Todo había comenzado con la actuación de Fermín Bohórquez con un toro de su ganadería, muy buenos, con el que estuvo muy aseado. Colocó con desigual acierto tres pares de banderillas a dos manos. Lo mejor fue la efectividad de su rejón de muerte, de manera que ello le permitió pasear la oreja por el ruedo.

Plaza de toros de Sevilla, 15 de octubre de 2023. No hay billetes. Reses, por orden de salida, de Fermín Bohórquez, El Pilar, Garcigrande, Domingo Hernández, El Pilar, Fermín Bohórquez y Santiago Domecq. Bueno el de rejones, interesante el de Domingo Hernández y noble el novillo de Santiago Domecq.
Fermín Bohórquez, una oreja.
José María Manzanares, saludos.
Alejandro Talavante, una oreja.
Borja Jiménez, una oreja.
Pablo Aguado, saludos
Alfonso Cadaval, saludos
Mariscal Ruiz, una oreja tras aviso.
Festival a beneficio de la Hermandad del Rocío de Triana y de la Fundación Alalá. La plaza estaba engalanada en la zona de los balconcillos. Un grupo rociero amenizó los previos del festival. Se rezó la Salve por el micrófono de la plaza y se interpretó el himno nacional. Cadaval brindo su toro a aus padres. Mariscal lo hizo con su abuelo Luis Mariscal.