De izquierda a derecha, González-Écija, Solalito y Uceda Vargas. Foto: Álvaro Pastor Torres

Carlos Crivell.- La novillada final del ciclo de promoción fue ligeramente decepcionante. Se esperaba más de la terna. El único de mejoró su nivel fue Uceda Vargas, que por culpa de la espada no ha ganado este certamen. González-Écija confirmó sus buenas maneras y cortó una oreja con el inestimable empuje de sus paisanos. Solalito defraudó con arreglo a lo que dejó entrever en su primera aparición. El concurso lo ganó el ecijano González-Écija, que estuvo en buen tono toda la noche.

Los erales de Jandilla exhibieron mansedumbre y movilidad, algunos metieron mejor la cara, como el segundo, y otros fueron ásperos y correosos.

Uceda Vargas rayó a buen nivel en sus dos erales. El primero fue manso pero el chaval de Gerena fua capaz de fijarlo para que se quedara en su muleta. El toreo por ambos pitones fue de trazo distinguido. Al final se rajó el de Jandilla. No estuvo acertado con la espada.

El cuarto fue otro manso al que de nuevo fue capaz de someter en una labor que alcanzó prestancia con muletazos relajados y plenos de buen gusto. Esa relajación le costó un desarme. Acabó con circulares y luquesinas. El descabello le privó de cortar un trofeo más que merecido. Como sus compañeros, intervino en quites con mención especial para las zapopinas del sexto.

González-Écija ganó la final de forma merecida. El entusiasmo de sus paisanos fue vital para poder pasear la oreja del quinto. Fue merecido por sus elegantes maneras y sus ganas de triunfo. Movió el capote con buen gusto en los dos erales. El primero de su lote embistió encastado y no se lo puso fácil. Tres tandas con la derecha, una más desacoplada con la zurda y vuelta a la derecha para cuajar buenos muletazos. No estuvo fino con la espada.

Le cortó la oreja al quinto con el apoyo de sus seguidores. Sin embargo, el chaval de Écija estuvo entregado y, por momentos, a buen nivel. Se lo brindó a su profesor El Ciento. El eral no fue bueno, a veces se paró, otras veces embistió con la cara alta, pero González anduvo entregado y con ganas, llegó a sufrir una voltereta y acabó con lo mejor de su labor en la noche, unos adornos con trincherazos y de la firma de hermosa factura. Necesitó una estocada y dos descabellos. Sonó un aviso, pero paseó la oreja pedida con entusiasmo por sus partidarios y concedida por un palco generoso.

Solalito no estuvo al mismo nivel que en la novillada anterior. Dejó entrever buenas maneras con el capote. Colocó banderillas en sus dos erales sin excesiva fortuna, sobre todo en el tercio del tercero. A este novillo, corretón y distraído, muy molesto, trató de ahormarlo sin poder remontar la faena. Acabó con las manoseadas bernadinas. No acertó con la espada.

El sexto humilló poco en la muleta. Tocó de manera excesiva al comienzo de su labor, llegó a mejorar su acoplamiento con la derecha, para acabar con circulares y rodillazos fuera de contexto, hasta el punto de que resultó cogido sin consecuencias. De nuevo volvió a fallar con la espada.

El jurado dictaminó que González-Écija era el ganador; segundo, Uceda Vargas, y tercero, Solalito.

Plaza de toros de Sevilla, 25 de julio de 2019. Final de las novilladas de promoción. Casi tres cuartos de plaza. Cinco erales de Jandilla y uno, segundo, de Vegahermosa, correctos de presentación y de juego variado. Los mejores, segundo y cuarto, dentro de un fondo de poca raza y mansedumbre, aunque con desordenada movilidad.

Uceda Vargas, de nazareno y oro. Estocada muy baja y estocada trasera y baja (saludos tras aviso). En el cuarto, estocada tendida y atravesada y cinco descabellos (vuelta tras aviso).

González-Écija, de marfil y oro. Dos pinchazos y estocada tendida y trasera (vuelta al ruedo tras aviso). En el quinto, estocada y dos descabellos (una oreja tras aviso).

Solalito, de azul pavo y oro. Pinchazo, estocada contraria y estocada (silencio). En el sexto, dos pinchazos y estocada (silencio tras aviso).

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