Carlos Crivell.– Se celebró en la Real Maestranza una nueva novillada del abono que acabó con seis silencios para los lidiadores y cinco para los utreros de Soto de la Fuente (aunque hay siempre alguno que aplaude a los mansos). El novillo segundo no fue silenciado; fue pitado con fuerza. Ese astado, un toro para cualquier plaza de segunda, fue muy manso, muy bronco y muy berreón. No se dejó picar, cuando lo agarró el picador reserva lo derribó con estrépito, salió de estampida de todas las suertes, sembró el pánico entre las cuadrillas y se hizo el dueño de la plaza. Se puso delante un chaval que había debutado con caballos el pasado mes de marzo, Cristóbal Ramos ‘Parrita’, que el año pasado no pudo lidiar su novillo en una de promoción porque al realizar un quite fue cogido. De ahí que se lo brindara a los médicos. Brindis de voluntad y de agradecimiento, a sabiendas de que no había ninguna posibilidad de meter en vereda al de Soto. Así fue. El chaval, un dechado de inexperiencia, pasó un mal rato, fue cogido en la segunda entrada con el estoque, y estuvo a unos segundos de que se lo echaran al corral porque no acertaba con el descabello.

Con el quinto, más suave, de embestidas con poca clase, pero con un pitón izquierdo más potable, Parrita se mostró más entonado. Algunos derechazos limpios con poca ligazón, mejor por la izquierda, pero el chaval no insistió por ese pitón, que parecía mejor, de forma que su labor se difuminó en la nada. Debió sacarlo fuera de las rayas, pero no lo hizo. A esto novillo lo mató muy bien.

Aquilino Girón era el más experto de la terna. Al primero le recetó una larga en el tercio; al cuarto se la dio a portagayola. El primero se lastimó en una costalada y llegó apocado a la muleta del torero de Baza. Los muletazos, citando muy fuera de cacho, no tuvieron la menor emoción. Al cuarto, brindado a Ecijano II, lo recibió con cinco derechazos de rodillas para comenzar la faena. Un desarme en la tercera tanda rompió una faena que tenía cierto interés. El novillo ya se quedó debajo en tercer muletazo y para colmo lo cogió en un descuido. No pasó nada.

El tercero, Pablo Páez, debutó con picadores en esta novillada sevillana. Al tercero le pegaron de lo lindo en varas. Había alguna psicosis entre las cuadrillas con el juego infame del segundo y le dieron fuerte. El novillo se dejó aunque sin apenas calidad. Páez comenzó con acierto saliendo con torería hasta el centro. Allí se afanó en una labor de voluntad sin mucho contenido, que de todas formas encontró como ayuda inestimable a la banda de música. Los pases de pecho fueron lo más notable de un conjunto poco más que voluntarioso. El sexto necesitaba que le dejaran la muleta en la cara para repetir, algo que no hizo el chaval rondeño. Así fue imposible, aunque el de Soto iba y venía con sosería pero sin maldad. Desistió pronto Páez. ç

Plaza de toros de Sevilla, 13 de junio de 2019. Novillada de abono. Menos de media plaza. Seis novillos de Soto de la Fuente, bien presentados y de mal juego. En general, mansos y complicados, sobre todo el 2º, muy difícil. Nobles sin fuerzas el 1º y 6º; el resto, sosos y sin calidad, aunque manejables 3º y 5º.
Aquilino Girón, de blanco y plata. Estocada caída (silencio). En el cuarto, estocada caída y atravesada (silencio).
Cristóbal Ramos ‘Parrita’, de corinto y oro. Pinchazo, estocada desprendida y trece descabellos (silencio tras dos avisos). En el quinto, estocada (silencio tras aviso).
Pablo Páez, de grana y oro. Pinchazo y estocada atravesada (silencio tras aviso). En el sexto, dos pinchazos, estocada perpendicular y descabello (silencio).

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