Los seis novilleros, en la puerta de cuadrillas. Foto: Álvaro Pastor Torres

Carlos Crivell.– De nuevo hubo mucho ambiente en los tendidos en la tercera novillada de promoción, que se saldó con un solitario trofeo para el astigitano Jaime González-Écija, gracias su torero elegante y su efectividad con la espada. Otros noveles perdieron esa posibilidad por su poco acierto en la suerte suprema.

Los erales de Juan Pedro Domecq ofrecieron un juego variado, aunque en conjunto ofrecieron posibilidades de lucimiento a los jóvenes.

Abrió plaza Rafael Camino, descendiente del gran maestro de Camas, que tuvo una actuación de entrega y variedad, aunque también con algunos altibajos. Recibió al primero con dos largas, lances a la verónica y chicuelinas. Se lo brindó a su padre y a Martín Pareja Obregón. El novillo fue muy bueno. Comenzó de rodillas con pases por la espalda. Sobre la derecha se mostró animoso, aunque algo despegado. Sufrió un revolcón y se levantó con ganas. Al final, de nuevo se puso de rodillas para torear con la derecha y en las manoletinas. La estocada fue baja y dio la vuelta al ruedo. Quitó al sexto con unas gaoneras apretadas.

También fue bueno, más encastado incluso, el segundo eral de Juan Pedro. Álvaro Alfonso lo saludó con tres largas cambiadas, una a portagayola, un farol y media de rodillas. Los doblones del comienzo de la faena fueron de hermosa factura. Casi toda la faena se basó en la diestra, por donde logró momentos de toreo largo y de mando, siempre con el compás muy abierto y la figura algo arqueada, pero con gran sentido del temple. Tenía la oreja en el bolsillo, pero una estocada tendida y trasera le obligó a descabellar dos veces. Ahí perdió la final.

González-Écija toreó con empaque  a la verónica al tercero. Lo sacó al centro con cabeza clara y allí desplegó un toreo de mucha prestancia, figura muy compuesta y remates airosos. Sufrió una cogida sin consecuencias y acabó con unos ayudados a media altura muy elegantes. Lo mejor de su toreo fue que no necesitó ni rodillazos ni otras suertes modernas para llamar la atención. Necesita asentar las plantas en todo momento. Mató de una estocada contraria y paseó la oreja.

El alumno de la Escuela de Madrid Álvaro Burdiel comenzó su labor con el capote algo nervioso e impreciso. Fue desarmado en el inicio de la faena y, poco a poco, pudo poner de manifiesto sus cualidades. Se coloca bien y corre la mano con buena técnica, aunque todo lo hizo de forma algo eléctrica. Sufrió varias cogidas de un novillo que fue algo brusco y acabó muy descompuesto. Tampoco estuvo acertado con la espada.

En quinto lugar toreó Jordi Pérez ‘El Niño de las Monjas’, seguido por algunas monjas de su convento. Demostró, como todos, muchas ganas, pero alternó fases de toreo más entonado con otras más ventajista, embarcando con el extremo de la muleta y llevando al eral muy despegado. También sufrió el revolcón consiguiente, acabo con las manidas manoletinas y estuvo muy mal con la espada.

El sexto fue otro eral colaborador. Francisco Fernández, de la Escuela de Algeciras, pagó el detalle de actuar en último lugar, ya con algunos grupos en desbandada porque había toreado su torero, o bien algunos cansados del largo metraje del festejo. Pero Fernández sabe torear muy bien y lo puso de manifiesto en una faena que comenzó con estatuarios y siguió con derechazos de gran calidad, remates con trincherillas preciosas, todo acompañado con el cuerpo y la cintura. Toreo de cadencia y clase. Solo las manoletinas finales fueron una concesión a la galería. Un pinchazo le quitó la oreja. Fue una lástima porque fue el que toreó mejor en esta novillada y, posiblemente, en todo el certamen. No pasó a la final ya que se eligieron a los que pasearon orejas, lo que contradice la idea de un ciclo en que se debe discernir lo bueno de lo regular y no dejarlo todo en los trofeos. Para elegir a los tres que cortaron orejas no hacía falta ningún jurado.

Al término del festejo se dieron a conocer los novilleros que han llegado a la final que se celebrará en La Maestranza el próximo jueves a las nueve y media de la noche y que son: Uceda Vargas (Escuela Municipal de Tauromaquia de Camas), Jaime González-Écija (Escuela Municipal de Tauromaquia de Écija) y Solal Calmet ‘Solalito’ (Escuela Taurina del Campo de Gibraltar), quienes estoquearán una novillada de Jandilla. Esta terna de finalistas ha sido elegida por el jurado designado por la Real Maestranza, que está compuesto por los asesores artísticos de la presidencia de la plaza de toros de Sevilla: Alfonso Ordóñez, Antonio Martínez ‘Finito de Triana’, Antonio Ramón Jiménez y Luis Arenas.

Plaza de toros de Sevilla, 18 de julio de 2019. 3ª novillada de promoción. Dos tercios de plaza. Seis erales de Juan Pedro Domecq, bien presentados y de buen juego. Los mejores, 1º, 2º y 6º. Saludaron Víctor Nieto y David Pacheco en el sexto.

Rafael Camino (Camas), de verde botella y oro: vuelta al ruedo.

Álvaro Alfonso (Sevilla), de tabaco y oro: vuelta al ruedo tras aviso.

Jaime González-Écija (E.T. de Écija), de marfil y oro: una oreja.

Álvaro Burdiel (E. T. de Madrid), de azul marino y oro: silencio tras aviso.

Jordi Pérez ‘El Niño de las Monjas’ (E. T. de Valencia), de grana y oro: saludos tras aviso.

Francisco Fernández (E.T. de Algeciras), de azul pavo y plata: saludos tras aviso.

 

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