En la novillada de abono de Sevilla, el novillero Tomás Angulo cortó una oreja del buen novillo tercero de Guardiola, aunque el mejor fue el cuarto, un novillo de cortijo, que no fue aprovechado por Miguel Hidalgo. Ángel Jiménez se quedó a medias.

Plaza de toros de Sevilla, 13 de mayo. Novillada de abono. Más de media plaza. Seis novillos de Herederos de Salvador Guardiola, el quinto como sobrero, bien presentados y de juego desigual. Tercero y cuarto, muy buenos. Minuto de silencio el ganadero Salvador García Cebada.
Miguel Hidalgo, azul marino y oro, tres pinchazos (silencio). En el cuarto, pinchazo y estocada baja (silencio tras aviso).
Ángel Jiménez, blanco y plata, cuatro pinchazos y cinco descabellos (silencio tras aviso). En el quinto, tres pinchazos, atravesada y descabello (silencio tras aviso).
Tomás Angulo, azul marino y oro, pinchazo y estocada (una oreja). En el sexto, estocada (saludos).

Carlos Crivell.- Sevilla

La disposición y el buen concepto del extremeño Tomás Angulo, junto a dos novillos de juego magnífico con el hierro de Guardiola fueron la nota culminante de la primera novillada del abono, celebrada con bochorno y con una buena entrada.

El primero de los novillos buenos fue el tercero y tuvo la suerte de encontrase con un torero con ganas y buen concepto. Tomás Angulo toreó con buen estilo con la capa y realizó una faena con fases brillantes. Se fue al centro y templó con buen estilo. Hubo ganas y buenos muletazos a un novillo de gran clase. Sus paisanos, abundantes en el tendido, consiguieron el trofeo. El novillo fue muy bueno y se podría haber esperado algo más del extremeño.

Angulo no pudo redondear su tarde en el sexto, novillo apagado y que daba cabezazos a destiempo. Se había ido a porta gayola en señal de ganas de triunfo. Estuvo entregado, bajó la mano para tratar de someter al burel, pero todo quedó en buena voluntad. Tal y como están las cosas hay que andar con mayor firmeza.

En cuarto lugar se lidió el novillo soñado por cualquiera que debuta en la Maestranza. Fue un novillo de cortijo. Miguel Hidalgo, de fuerte contextura física, le dio muchos pases, pero le costó asentar las zapatillas y los pases resultaron poco lucidos. El novillo estaba siempre presto al cite, fue cuantas veces se lo pidió el torero y recibió una fuerte ovación, mientras que Hidalgo era silenciado.

Con el que abrió plaza, novillo más complicado, denotó sus carencias tanto en cuestiones de valor como técnicas. Fue revolcado de salida y ahí se vino abajo para toda la novillada. Se dice que toma la alternativa en Granada el 6 de junio. No parece que esté para ese paso.

Ángel Jiménez toreó con alegría y vistosidad con el capote al segundo. En la muleta se dejó enganchar mucho la muleta y su labor no alcanzó el lucimiento debido. El novillo no fue bueno. Con la espada pasó un quinario. Tampoco remató la tarde con el quinto. Tampoco colaboró mucho el burel de Guardiola, pero ahora Jiménez movió las zapatillas y derrochó mucha compostura a novillo pasado. De nuevo marró con la espada.

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