Foto: Álvaro Pastor Torres

Una novillada sin picadores no puede durar casi tres horas. Es algo de complicada digestión, sobre todo si los momentos de interés son escasos. A la salida de la plaza, el aficionado de verdad apenas recordaba unas verónicas de Manuel Román en un quite al cuarto, la firmeza y el oficio de Tristán Barroso y el percance de Miguel de Juan en el tercero, que fue algo de impacto por el golpe que sufrió contra la muralla enladrillada de la primera fila de barrera.

Se cortaron dos orejas por petición mayoritaria, pero solo la de Barroso tiene entidad. De hecho, este novillero nacido en Francia, aunque de la Escuela de Badajoz, fue el que ofreció la mejor imagen de la noche. Tiene un oficio aquilatado, torea con gusto con el capote, sabe colocarse bien y adelanta plana la muleta para ligar los pases, todo ello con valor y capacidad. El eral que lidió repitió mucho con cierta aspereza. A su faena le pudo faltar una estructura definida, incluso llegó a sufrir un desarme, pero con clara inteligencia arregló el asunto con un toreo final más en línea. Si se pusiera más derecho al torear, mejor todavía. Acertó con la espada y su oreja tiene poca discusión.

La oreja del cordobés Manuel Román fue gracias a su buena estocada al quinto. En un quite al cuarto, Román toreó de manera excelente a la verónica. Su novillo fue manso y corretón, motivo por el que su faena fue inconstante. Quedó patente su buen gusto, pero también que está muy tierno para un compromiso como el de Sevilla. Se salvó por la estocada, pero la oreja tuvo escaso valor.

Javier Illanguas, de Sevilla, debió lidiar dos erales. Fue bueno el que abrió plaza, con el que estuvo más que correcto, a veces más templado y otras con desarmes, en una faena muy larga en la que no se privó de nada, incluso de las manoseadas bernadinas. El tercero fue menos colaborador y su labor fue más espesa. Muy mal con la espada en ambos.

El peruano Julio Alguiar demostró preparación sobrada, ya con el capote, ya con la muleta, aunque su novillo, mirón y con la cara alta, no le ayudó casi nada. Fue cogido en varias ocasiones y sufrió un puntazo en la zona perianal. Se dio una vuelta sin causa justificada después de escuchar dos avisos.

El salmantino Cristiano Torres fue un dechado de voluntad en una labor llena de efectismos: de rodillas, por la espalda, arrucinas y manoletinas de rodillas, pero que en el toreo fundamental, lleno de desarmes, ante un animal de poca clase, apenas logró limpieza en su labor.

El tercer espada del festejo, Miguel de Juan, de la Escuela de Sevilla, se fue a portagayola a recibir al tercero y logró una larga meritoria. Ya en pie, fue desarmado al torear de capa. Le persiguió el novillo, lo alcanzó antes del salto de la barrera y lo lanzó al callejón de forma violenta, para golpearse contra la primera fila de barrera y quedar conmocionado en el callejón. Ya no salió de la enfermería donde debió ser atendido por la conmoción cerebral y un posible traumatismo abdominal. Mala suerte.

Plaza de toros de Sevilla. 7 de julio de 2022. Primera de promoción. Un cuarto de plaza. Seis erales de Dolores Rufino, bien presentados y juego variado. Primero, noble y templado; segundo, mirón e informal; tercero, desclasado; cuarto, noble a menos; quinto, manso y sin calidad, y sexto, sin entrega ni clase.
Javier Illanguas, de azul noche y oro. Cinco pinchazos y estocada. (saludos tras aviso). En el tercero, tres pinchazos y estocada baja (saludos).
Julio Alguiar, de verde y oro. Media estocada (vuelta al ruedo tras dos avisos)
Miguel de Juan, de nazareno y oro. Cogido.
Tristán Barroso, de grana y oro, casi entera trasera (una oreja).
Manuel Román, de blanco y oro. Estocada (una oreja).
Cristiano Torres, de rosa y plata. Estocada trasera y baja (saludos).
El diestro Miguel de Juan sufrió un “politraumatismo con afectación hemodinámica que responde a reposición volémica y vasoconstrictores. Sospecha de lesión abdominal interna. Pronóstico grave. Le impide continuar la lidia”. Fue trasladado a un centro médico.
Julio Alguiar fue atendido por una contusión perianal, leve. El banderillero Saúl Villar sufrió una “contusión en ligamento lateral externo de la rodilla derecha”, de pronóstico leve, pero que le impide continuar con la lidia.

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