Rafael Cerro fue el más destacado en la novillada con picadores de Sevilla. En un cartel de extremeños, Cero fue el ganador y demostró que está puesto para la alternativa. Dos novillos buenos de La Quinta y dos novilleros animosos como Tulio Salguero y Tomás Angulo.

Plaza de toros de Sevilla, 26 de mayo de 2013. Seis novillos de La Quinta, correctos de presencia y de juego diverso. Buenos, primero y quinto. El resto, justos de raza y yendo a menos durante la lidia. Minuto de silencio en memoria de Pepe Luis Vázquez. Destacó la lidia de El Suso y el picador Antonio Lavado.

Tulio Salguero, de azul marino y oro, estocada atravesada (palmas tras aviso). En el cuarto, estocada trasera (saludos).
Rafael Cerro, de blanco y plata, pinchazo y estocada baja (silencio). En el quinto estocada (una oreja).
Tomás Angulo, de tabaco y oro, estocada (saludos). En el sexto, pinchazo y media (saludos).

Carlos Crivell.- Sevilla

Foto: Álvaro Pastor Torres

La piedra de toque que supone una novillada de La Quinta, encaste Santa Coloma, la resolvió muy bien Rafael Cerro, que nuevamente apuntó sus excelentes condiciones de torero, de manera que al verlo por la plaza con tanta seguridad y aplomo, junto a un exquisito temple, es evidente que estamos ante un novillero cuajado y que debe ya emprender las empresas mayores de toreo, es decir, que debe tomar la alternativa en breve plazo de tiempo.

De la novillada de La Quinta, muy en el tipo, el quinto fue fiel al encaste. Ya se sabe que son reses que exigen que los toreros anden despiertos y aprovechen las primeras embestidas. Lo recibió con tres faroles de rodillas y lances a la verónica de buen corte. Este quinto metió bien la cara por el lado derecho en las dos primeras tandas de Cerro, que se gustó con una templanza admirable. El novillo se tornó algo mirón y se lo pensó en el resto de la faena. Cerro lo intentó con la zurda, pero ahora no fue posible la ligazón. La vuelta a la derecha fue el epílogo digno de una labor de mucha calidad, lo mismo que la estocada, que fue buena por ejecución y colocación.

Con el primero de su lote anduvo simplemente solvente. Este novillo desistió pronto de la pelea y se paró. Cerro le dio los pases justos antes de matarlo.

Era un cartel de extremeños y se notó en la plaza. El que más partidarios parecía tener era Tulio Salguero. Por desgracia, al novillero se le fue entero el que abrió plaza, que tenía un enorme pitón izquierdo, algo que comprobó muy tarde Tulio, cuando ya había dado una infinidad de derechazos de poca entidad. Mejoró su labor con el cuarto. Esta vez, tal vez más tranquilo, se lució a la verónica, que surgió limpia y con gusto. Este novillo fue un compendio de sosería, aunque otra vez metió mejor la cara por el lado izquierdo ya al final. Es la eterna manía de torear solo con la derecha. De cualquier forma, el animal acabó rajado. Su novillo bueno había sido el primero.

Tomás Angulo lució ganas y pinturería toda la tarde. Le molestó el viento en la faena al tercero. Angulo tuvo más compostura que fondo. Toreó muy fuera de cacho y mínimo ajuste aunque compuso con donaire la figura. Abusó de citar con la muleta plegada, al estilo de Ponce, en una actitud absurda. La estocada a este tercero fue muy buena.

El que cerró plaza volvió a poner de manifiesto que Tomás Angulo se preocupa más de las formas que del fondo. Ahora dejó algún lance de buena factura y se mostró nervioso en el comienzo de una labor que mejoró con la diestra al buscar la ligazón, aunque el de La Quinta la tomó siempre sin celo y con la cara alta. Logró, sin embargo, animar al tendido pero la espada viajó ahora sin acierto.
 

A %d blogueros les gusta esto: