Peris2Luis Carlos Peris.- CON el trabajito que costó revitalizar el Domingo de Resurrección hasta convertir el festejo en hito indiscutible de la temporada y lo fácil que ha resultado acabar con él. Oficializados el luto de Manzanares por Sevilla y la preferencia de Morante por Málaga, precisamente por Málaga, puede decirse que al Domingo de Resurrección en la Maestranza se le ha asestado  un golpe de impredecibles consecuencias. Lo que el irrepetible dúo Diodoro-Curro construyó año tras año para darle al día el brillo que demandaba se ha ido al garete por un cúmulo de circunstancias que Sevilla no termina de digerir. Eduardo Canorea metió la pata, pero intentó sacarla a lamayor brevedad posible y los ases de la baraja no se lo admitieron sin saberse realmente a qué viene pulso tan intransigente. Y en todo este zafarrancho, una víctima llamada Sevilla que ya no sabe quiénes son los suyos.

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