Emocionante despedida de Antonio Domecq en la matinal de rejones. Aujque nomcortó orejas, dejó la muestra de su escuela. Se llevaron un trofeo Rui Fernandes, Andy Cartagena, Leonardo Hernández y la novedad de Francisco Palha.

Plaza de toros de La Real Maestranza de Sevilla. 8 de mayo de 2011. Matinal de rejones. Casi lleno. Toros de Fermín Bohórquez, bien presentados, flojos y manejables para el toreo a caballo. El más completo fue el segundo.

Antonio Domecq: vuelta al ruedo.
Rui Fernandes: una oreja.
Andy Cartagena: una oreja.
Leonardo Hernández: una oreja.
Joao Moura hijo: saludos.
Francisco Palha: una oreja.

 Carlos Crivell.- Sevilla

Antonio Domecq se despidió del rejoneo en una mañana marcada por la emoción de este acontecimiento. El nieto de don Álvaro y sobrino de Alvarito le puso el colofón a su vida como profesional. Y lo hizo desde la dignidad de ser fiel a sus conceptos hasta el último momento. Pro eso mismo, en un día tan señalado podría haber buscado el triunfo fácil, pero se dedicó a rejonear como sabe, que es el rejoneo de siempre que ha aprendido en su casa. La mañana fue un permanente homenaje a su figura, desde el aplauso del recibo hasta la vuelta postrera acompañado de su hijo. Recibió el calor de sus compañeros en emotivos brindis y se quitó los zahones para que su hijo recogiera el testigo.

Antonio cubrió una actuación seria. Enceló al toro de Bohórquez y colocó buenas banderillas con quiebros limpios. Fue brindando distintas banderillas al fotógrafo Canito, a su mujer hijo, su hermano Luis y su tío Álvaro. También miró al cielo para dedicarle su adiós al abuelo, quizás a Juan Pedro y tantos familiares desaparecidos. El colofón de su actuación, y ya de por siempre emblema de su mañana final, fue un par sensacional a dos manos en el centro del ruedo a lomos de ‘Cacao’ que se quedó grabado para siempre en la plaza sevillana. El fallo con los rejones finales le privó del trofeo que merecía en esta última aparición en un ruedo. El mundo del toreo a caballo y la afición en general le despide como uno de los grandes.

La corrida de Bohórquez se dejó mucho en distintos grados, si bien con poca raza y escasas fuerzas. El mejor cayó en manos de Rui Fernandes, el portugués de la melena rubia, que rayó a buen nivel en una faena larga con abuso de farpas y cortas. Obsequió al personal con quiebros variados y piruetas sobre ‘Vivaldi’ y ‘Ozono’. Mató a la segunda agresión y recibió una oreja muy generosa.

Andy Cartagena tuvo una actuación vibrante en la que estuvo más pendiente de los arabescos artificiales que del toreo a caballo. Así deben entenderse los balanceos excesivos, las piruetas y los palos al violín, así como el detalle de subir a la cabalgadura al estribo para provocar palmas fáciles. En lo taurino, lució una buena cuadra, sobre todo a sus estrellas ‘Maravilla’ y ‘Pericalvo’, y acertó al clavar en lo alto. El rejón cayó muy trasero y bajo y se llevó su oreja.

Joao Moura hijo estuvo correcto y frío sin acabar de conectar con el tendido. Los quiebros los hizo con mucho desplazamiento del toro, uno de largo fue mejor sobre el caballo’ Perera’, pero fue una labor plana rematada de forma defectuosa.

Tampoco fue el mejor día para Leonardo Hernández, que encontró un toro quedado en una labor de matices entonados pero alejado de las que nos ha ofrecido en anteriores festejos. Un par con ‘Xarope’ a dos manos fue de lo mejor, así como las cortas al violín. Se llevó una oreja en mañana de palco fácil y público alegre.

La sorpresa del festejo vino del toreo a caballo de Francisco Palha, que dentro de su escuela portuguesa ofreció una actuación muy seria, con quiebros en corto clavando arriba y un final más emotivo con las cortas. Aunque falló el primer rejón, al final también paseó trofeo. Demostró buena doma, tiene una cuadra muy a punto con ‘Guaraná’ y ‘Salgueiro’ como estrellas y su juventud le avala para ser otro de los caballeros con los que hay que contar en el futuro. Este discípulo de Diego Ventura tiene por delante una carrera prometedora.

La mañana, con un sol radiante, se llenó de la emoción del adiós de un caballero de apellido Domecq que le ha dado categoría al rejoneo.

Fotos: Álvaro Pastor Torres. Arriba, Antonio Domecq y su hijo; en el centro, Andy Cartagena; abajo, Francisco Palha.

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