La novillada anunciada en la Real Maestranza fue suspendida a causa del mal estado del ruedo del coso sevillano. En este festejo se iban a lidiar reses de Guadaira por Pepe Moral, Salvador Barberán y Miguel ángel Delgado. Es el cuarto espectáculo taurino que se suspende en abril de este año en Sevilla.

Las lluvias habían dejado el ruedo de la Maestranza con amplias zonas anegadas. A las cinco de la tarde volvió a llover. Los areneros de la plaza intentaron arreglar el ruedo. Sin que hubiera reconocimiento previo, el presidente de la corrida, Juan Murillo, decidió suspender a la hora anunciada para el comienzo del espectáculo.

La autoridad echó mano del artículo 63, apartado 2, que le faculta para suspender si, en su opinión, los lidiadores corren grave riesgo por el estado del piso de la plaza. Los novilleros estaban disconformes, pero el presidente tenía la última palabra,

Un toque de clarín y la bajada de bandera anunciaron a los espectadores la suspensión ala seis y cuarenta minutos de la tarde. A esa hora, sobre la Maestranza lucía el sol y las localidades estaban cubiertas en algo más de la mitad del aforo. La obsoleta tablilla escrita con tiza fue nuevamente la que anunció que no habría novillada. Los espectadores acudieron a las taquillas para retirar el dinero de sus localidades.

El público protestó por la suspensión de forma tímida y arrojó algunas almohadillas al ruedo. A favor de la decisión presidencial, según quienes pudieron pisar el ruedo, el estado del mismo era muy malo y existía peligro para los toreros durante la lidia. Según algunos comentarios, el presidente Juan Murillo se solidarizaba así con su compañero Antonio Pulido, que fue destituido por la Junta durante la Feria, aunque en este caso había otras connotaciones. Ayer los espadas no llegaron a pisar el albero. Para tranquilidad de todos, a los ocho de la tarde una nube negra cubría Sevilla. Poco después, la lluvia se hizo presente. El presidente había acertado con su controvertida decisión.

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