No soy nadie. Usted mismo puede constatar también, en si sigue leyendo, que es no nadie. No somos nadie. ¿Pues no que no hemos dado ni usted ni yo comunicado alguno? Así no se puede ser figura del toreo, mi querido amigo. El gran Camará, el inventor de Manolete desde su charpa cordobesa, decía que no se puede ser figura del toreo si no se sabe dormir en los coches. En aquellos coches con gasógeno y en aquellas carreteras, las figuras del toreo tenían que aprender a dormir entre almohadas y dolor de riñones por las carreteras nocturnas del sangriento agosto, de San Sebastián a Málaga. Ahora no tienen mérito: las figuras y hasta las figuritas llevan furgonetas de cuadrillas con una cama posterior para el matador a cuyo lado el confort de los coches-cama es un catre. Ya no hay que saber dormir en los coches. Ahora para ser figura del toreo hay que saber dar comunicados. ¿Ruedas de prensa, dice usted? No, ruedas de prensa no, porque pueden hacer preguntas en puntas. Y por seguir con los tiempos de Camará y de Manolete, entonces las figuras del toreo tenían un apoderado, un mozospás, un ayuda del mozospás, tres banderilleros, dos picadores, un chófer del cochecuadrilla y para usted de contar. Ahora ya un apoderado es poco. Ahora tienen un equipo de apoderados, un par de ellos por lo menos. Y si son tres, mejor. Y un fisioterapeuta. Un torero que no tenga fisioterapeuta ni es torero ni es nà. ¿Pero cómo va a llegar ese novillero que usted dice a tomar la alternativa y a ser figura, si de momento no tiene equipo de apoderados ni fisioterapeuta? Y además, que tampoco tiene lo que ahora gastan todas las figuras, a saber: jefa de prensa, asesor de comunicación y director de relaciones públicas. Y dos huevos duros.
Así montada, la Fiesta, igual que antes daba toreros para la Historia, ahora da comunicados. Joselito el Gallo, visto desde ahora, era un papafrita, porque en su vida no dio un solo comunicado contra la empresa de Sevilla. Como protesta hizo la Plaza Monumental en la avenida de Eduardo Dato, para hacerle la puñeta a los maestrantes y a la empresa y bajar el precio de las entradas. Pero sin comunicado: con la Monumental abierta. ¿Y Belmonte? ¿Pero cómo pudo Belmonte llegar a ser lo que fue, si no dio en su vida un solo comunicado?
— No, los comunicados se los escribía Chaves Nogales en forma de serial biográfico de veinticinco capítulos para la revista «Estampa». «Juan Belmonte, matador de toros» se titulaban aquellos comunicados, que todavía está leyendo la gente.
Claro que antes los toreros hablaban como tenían que hablar y se ganaban su sitio como se lo tenían que ganar: con el capote, la espada y la muleta… En silencio. Con la música callada del toreo. Ahora han pasado de «Aplausos» a «Expansión», de la sección de Toros a la de Economía. Son los únicos que no quieren sufrir la crisis. Lo que le han hecho a Canorea es una huelga de asalariados pijos ante los recortes: «Si no hay parné del caché, la plaza pá usté». ¿Caché? El caché se ganaba bajando las manos: ¡qué capote con más caché! Era cuando los toreros se casaban de corto. Ahora se casan de chaqué y exigen su caché. No es que yo defienda a Canorea; por mí, que le vayan dando. Defiendo la Fiesta. Más daño le están haciendo al toreo las figuras, figuritas, figurones y fabricantes de toros comerciales que los catalanes con su prohibición. ¿Para qué queremos prohibiciones de los separatistas catalanes, si ya tenemos al G-5 para acabar con la Fiesta? Y como se pega hasta lo bonito, hasta los banderilleros dan comunicados exigiendo derechos de imagen. Los acomodadores y porteros ya dieron el suyo y se solidarizaron con el G-5. Pronto lo darán los areneros. Y los mulilleros. El de la Banda Tejera está al caer. ¡Igualito que cuando Canorea le hizo la pajarraca a Curro Romero y, con toda dignidad faraónica, su comunicado fue decir: «Yo no me arrastro como una cajapescao»! Y se fue a su casa. Para siempre.
Publicado en ABC de Sevilla