La visita a Los Alburejos sigue siendo como una peregrinación a uno de los epicentros del terremoto de la bravura. Los toros de Torrestrella pastan en esta finca bajo la mirada permanente de uno de los hombres más carismáticos de la Fiesta: Don Alvaro Domecq y Díez. El timón de la ganadería ha pasado a su hijo Alvaro Domecq Romero, que será quien nos informe el momento actual de la ganadería, pero las palabras del patriarca sobre el origen de la divisa pueden situar mejor al aficionado.

“Mi padre compró en 1930 la antigua ganadería del Duque de Veragua. Era viudo y debió comprar la ganadería para los hijos tuviéramos algo en lo que pasar el tiempo”. La visión de las doscientas vacas con sus becerros al llegar a la finca fue el detonante de su afición a los toros. Su hermano Juan Pedro Domecq y Díez llevaba la ganadería familiar. A la muerte de su padre, Alvaro Domecq vendió su parte porque su ida era crear una ganadería nueva.

En el año 1957 compró el hierro de Salvador Suárez Ternero; la anunció primero como Valcargado. En 1957, tras comprar reses a Curro Chica, y posteriormente a Carlos Núñez, pasó a llamarse Torrestrella. Más adelante añadió algo de Jandilla, que era procedente de la ganadería que su hermano había legado a sus sobrinos. Con el paso del tiempo, Torrestrella es un ya un encaste personal.

“Lo de Torrestrella ya es un encaste definido dentro de nuestro origen –comenta Alvaro Domecq Romero-, lo que es un logro de mi padre que se ocupó durante mucho tiempo de las hechuras del toro. Creo que por hechuras y comportamiento se puede hablar de un encaste y me parece que está en bastante buen momento”.

Alvaro Domecq es consciente del cambio que se ha producido en el toro, “porque se quiere un animal muy voluminoso, pero ese toro muy grande no tiene la suficiente movilidad, de forma que nuestra línea está dirigida a que los toros más cara, pero tampoco es fácil que los toros tengan más pitones, porque supone una búsqueda de sementales bien armados y que sean capaces de ligar bien con las vacas. Es algo que debemos hacer con mucho tiento, poco a poco, porque luego ocurre que las camadas de esos toros no tienen igualdad”.

Opina que “el toro actual es muy fuerte, pero que hay un serio problema: la suerte de varas es muy dañina. El peto y el caballo son enormes y propician un castigo excesivo al toro, y con más intensidad al bravo, que se entrega con más codicia que el manso. Un toro bravo puede recibir en un puyazo más castigo que uno manso en siete picotazos. La bravura va en contra de los puyazos”.

El toro de Torrestrella está bien definido en hechuras y comportamiento. Alvaro busca ahora “un mayor desplazamiento en las arrancadas”. Y lo dice convencido de las exigencias del toreo moderno, “que requiere un toro que venga de largo y vaya también muy lejos. Es la forma de que los públicos vibren”.

Además, “al toro hay que echarle un poco de picante, como le ocurre a una comida, que si no tiene condimentos se queda sosa”.Lo ha dicho Alvaro Domecq cuando se le interroga sobre algo que pasó hace algunos años, cuando su ganadería comenzó a ganar fama de complicada. “Es posible que algunas corridas fueran incómodas, pero es algo necesario para darle mayor interés a la fiesta; ahora andamos en ese punto de equilibrio necesario para que haya nobleza y bravura”.

(En este punto tercia el patriarca familiar: La vida de un ganadero, al menos así ha sido la mía, es una búsqueda constante del toro ideal, que es un toro soñado y que probablemente es imposible encontrar, que se rebose en la muleta y vuelva para embestir de nuevo, así en una lucha continúa hasta que muera como bravo de verdad. Todos los ganaderos estamos siempre buscando y buscando. Y todo debe hacerse con tiento, sin risas, despacio…)

La ganadería de Torrestrella anda en permanente transformación. A la vista de la situación actual, Alvaro Domecq Romero refiere que “hemos reducido algo el número de vacas por distintos motivos, hay muchos problemas en el campo, domina la incertidumbre, nadie sabe qué pasaré en el futuro”. La ganadería tiene ahora menos vacas, “porque desechamos mucho”, aunque “se ajusta al número ideal para nosotros para poder lidiar una doce corridas de toros todos los años”.

¿Y cuál es la mayor recompensa para un ganadero en estos momentos de tantas dificultades?

– Lo que mantiene la ilusión es que seguimos criando toros que piden las figuras en plazas de mucha responsabilidad. Este año volveremos a Bilbao y, naturalmente, a Sevilla. La corrida de Sevilla suele ser la mejor rematada, la más armónica, porque es la plaza que mejor se ajusta a estas condiciones de toro con trapío dentro de unes hechuras apropiadas para embestir. El toro bravo tiene una medida que no puede superar, porque entonces ya no es tan bravo.

Alvaro se entretiene en describir cómo son los toros de Sevilla y se muestra partidario de que los veterinarios acudan al campo a ver los toros, “porque es una pena que se rechacen en los reconocimientos cuando se puede evitar con una visita al campo, donde se puede hablar y decidir qué toros deben embarcarse. No parece que nos vaya afectar a nosotros, pero es una medida acertada”.

Es un decidido partidario del indulto, “al menos a nosotros nos parece que es la mejor prueba para que un toro sea semental. Ahí esta el caso de Vidacorta, pero tampoco olvidemos a Sevillano, que se indultó en Murcia y que tenía un galope impresionante”.

El tema de la falta de fuerzas, que en otros años atacó a muchas ganaderías, “ha mejorado y ahora los toros no se caen como antes. En nuestro caso, estamos intentando extremar al máximo los temas sanitarios. El toro debe estar fuerte, bien alimentado y muy sano, porque se les va a exigir una lucha durante veinte minutos que no podrán soportan si no están en perfecto estado de salud”. Y finaliza con una sentencia: “El peor enemigo del toro bravo actualmente es el caballo de picar”.

Los Alburejos es la finca matriz de Torrestrella, donde están los machos, pero la ganadería está asentada en otras dos fincas en las que pastan las vacas. “Esta división en dos fincas nos ha permitido separar líneas distintas en la ganadería, según los sementales, pero que no tienen nada que ver por el origen de la ganadería”.

La situación requiere que Alvaro Domecq Romero haga algunas precisiones sobre tantos asuntos que provocan la intranquilidad en los hombres del toro. “No sabe uno lo que tiene que hacer, pero esto está muy complicado y nadie contesta. Por la cañada de la finca pasan ovejas, que sí pasan la enfermedad con mayor agresividad, y no están secuestradas, pero el toro de lidia que apenas tiene síntomas de Lengua Azul y no lo transmite, no se puede mover. Es algo que nos inquieta, los gastos son muy altos, y se llega a pensar que sería bueno poder sacar los novillos fuera de la zona restringida, pero nadie da un consejo acertado. Es un motivo de mucha preocupación”.

En este momento es bueno recordar algunas palabras de Don Alvaro. “Los ganaderos no estamos aquí por dinero, sino por dignidad, para mantener el honor y el prestigio de un trabajo. El ganadero no se hace en una hora, tarda mucho en hacerse, después de muchas experiencias y de anotarlas en una libreta que nos acompaña siempre, pero los disgustos nos acompañan y ya sólo quedan como verdaderos ganaderos algunos locos. Hablo del ganadero verdadero.

LOS SEMENTALES DE TORRESTRELLA

Alvaro Domecq está satisfecho de los sementales que tiene en estos momentos. “El año pasado ha sido muy bueno. Entre otros, está Vidacorta, que es de la misma familia que otro llamado Vidalarga que indultó Enrique Ponce en El Puerto. Dice mi padre que es el mejor toro que ha aprobado para semental”.

En Torrestrella se renuevan mucho los sementales, “porque es bueno tener toros nuevos”. Del año pasado tiene mucha confianza en Pianista, Cardito y el citado Vidacorta. “Son tres toros que estamos soñando con ver sus productos, ya que estamos seguros de que serán muy buenos”.

LOS ALBUREJOS

La finca donde pastan los machos de Torrestrella es bien conocida por los aficionados. “Es una dehesa de categoría, con amplitud para poder tener amplios cercados para separar las distintas corridas de toros”. En el emporio de Los Alburejos, además de un señorial caserío, Alvaro Domecq tiene una plaza de tientas cubierta que le permite probar el ganado en cualquier época del año. En la finca hay un permanente recuerdo a los caballos, que tantas jornadas de gloria proporcionaron al padre y al hijo. Cuando se llega a la entrada, lo primero que se puede comprobar es el patio de la Espléndida, en recuerdo a una yegua histórica de Don Alvaro Domecq que hizo historia en el rejoneo.

LAS NUEVAS TECNOLOGIAS

Esta ganadería fue pionera en experimentos de conservación de semen y fecundación “in vitro” en la ganadería brava. Estas experiencias siguen adelante en Torrestrella. “Tenemos un banco de semen muy importante”. Lo que tiene más salida es la posibilidad de vender semen a otros ganaderías”. Siguen naciendo algunos toros con procedencia de otros de hace algún tiempo, “pero lo mejor es que es algo que puede tener una gran trascendencia en el futuro”