Foto: Jesús Delgado para Aplausos

Carlos Crivell.– La final del Circuito de Novilladas con picadores se celebró en la hermosa plaza de Úbeda, la misma que el jueves y el sábado previo había acogido dos corridas de toros de la Gira de la Reconstrucción que ha organizado la Fundación del Toro de Lidia, que también ha sido la patrocinadora de este circuito junto a la Junta de Andalucía. Se lidió una novillada de Guadalmena que dejó en ridículo a los toros de Garcigrande y Daniel Ruiz, de mucho menos trapío que los exuberantes utreros lidiados el domingo. El agravio comparativo era más que evidente. En la misma plaza y a las pocas horas de soltar toros terciados y pitones romos, salieron los bien presentados de Guadalmena para ser lidiados por tres novilleros con un bagaje mínimo. Había un antecedente lógico en la tercera novillada de este Circuito celebrada en Antequera el 19 de septiembre. Allí se lidiaron seis utreros de Domínguez Camacho de presentación normal para este tipo de festejos, que además fueron de mucha calidad.

La novillada estuvo salpicada de múltiples detalles. El tercero salió con claro y evidente peligro por el pitón derecho, de manera que se llevó por delante a Jesús Rivero y a un banderillero. Además, se comportó como un manso descarado. El palco, en una actitud irresponsable, lo devolvió a los corrales. Para justificar el asunto se comentó que tenía un problema en la vista, algo que no se había comprobado ni en el campo ni en los corrales. El mismo ganadero decía que “dicen que quizás tuviera algún problema en la vista”. Todo un despropósito.

La novillada fue dura para los actuantes. Además del tamaño de las reses, hubo tres que no fueron nada fáciles. De esta forma, lo que estaba llamado a ser una tarde de triunfo se convirtió en una sucesión de momentos apurados para la terna.

Emilio Silvera estuvo bien con el primero, novillo noble con pocas fuerzas, al que al final logró cuajar con la izquierda en tandas de mucho mérito. El cuarto fue muy flojo y embistió muy descompuesto. Silvera lo toreó con ganas sin poder lucirse.

El ecijano González-Écija le brindó el primero de su lote a sus compañeros de terna. Fue un novillo con clase, pero pocas fuerzas. El chaval de Écija toreó bien con el capote y realizó una faena con aires pintureros sobre ambas manos con algunos adornos finales exquisitos. Cortó una oreja.

El quinto recibió dos puyazos excesivos. No tuvo ninguna clase, embistió siempre con la cara alta y desarrolló peligro por el lado derecho. El novillero estuvo voluntarioso y puso sacar algunos muletazos sueltos. Mal con la espada.

El tercero fue el que debió salir en sexto lugar. Se había devuelto el titular como ya se ha comentado. Este novillo no tuvo ninguna casta, aunque se dejó torear. Jesús Rivero estuvo entregado en una labor sobre la izquierda, con la que torea con la muleta montada con la ayuda. Le faltó quietud y le sobró entrega. Mató de un espadazo muy trasero. Una oreja.

Rivero no pudo salir a matar el sobrero. Lo toreó Emilio Silvera en una labor que no llegó al lucimiento ante las malas condiciones del animal.

El jurado declaró triunfador a Jaime González-Écija, que toreará en Sevilla y Madrid en la próxima temporada. También fue galardonado con una estatuilla de Balcris que le entregaron Victorino Martín y Miguel Briones, representantes de la Fundación y de la Junta de Andalucía.

Plaza de toros de Úbeda (Jaén). Domingo 4 de octubre de 2020. Final del Circuito de Novilladas de Andalucía. Buena entrada sobre el aforo permitido.

Novillos de Guadalmena, el 6º como sobrero tras devolverse el 3º. Muy bien presentados, serios y de buenas hechuras. Conjunto bajo de raza y muy venidos a menos en el último tercio. Los mejores fueron el primero y el tercero. Más complicados, el quinto y sexto. El tercero titular fue devuelto sin causa justificada.

Emilio Silvera, vuelta, silencio y silencio.

Jaime González-Écija, oreja y saludos tras aviso.

Jesús Rivero, oreja en el único que mató. Pasó a la enfermería y fue atendido de contusiones costales, que le impidieron matar al sexto.

El jurado declaró triunfador del Circuito a González-Écija, que recibió una estatuilla obra de Balcris.

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