Pepe Luis VargasLuis Carlos Peris.- Consternación es lo que sentí cuando vi en internet el mensaje de Pepe Luis Vargas anunciando el cáncer que le habían diagnosticado horas antes y por el que le dan un año de vida. Consternación por el hecho y, sobre todo, por el personaje, un torero que ha pasado por dramas de todo tipo. Desde aquel «tanto luchá pa ná» tras la tremebunda cornada que le dio Fantasmón, de Barral, en el 87 al suicidio de su padre mientras ambos convalecían en el Virgen del Rocío, pasando por una boda esperadamente equivocada. Muchos problemas signaron la vida de este ecijano cabal, valiente y entrañable que una tarde de Domingo de Resurrección era doctorado en Sevilla por Curro Romero. Y hoy tiene la gallardía de dar la cara para anunciar su enésima tragedia vital rematando la faena con un «¿qué hago ahora?» espeluznante y que te remueve los adentros.

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