El niño catalán Miguel Ángel Martínez, admirador de El Cid, ha vivido una de las ilusiones de su vida: compartir un día de toros con su torero preferido.

Esta bonita historia aconteció a los pocos días de que el Parlamento catalán votara a favor de la prohibición de los toros en esta comunidad, por lo que aún cobra más sentido. Es un pulso entre la ilusión de un chaval de apenas diez años que quiere ser torero y unos políticos que limitan las libertades de los ciudadanos.

Tanto es así que Miguel Ángel tuvo que ir hasta Vinaroz para poder ver a su torero, ya que en Barcelona le impidieron la entrada a la plaza. Pero la espera y es esfuerzo merecieron la pena. El Cid le recibió a él y a su familia y los invitó a los toros, brindándole incluso la faena al segundo de su lote ante las cámaras de televisión que retransmitían el festejo.

Pero la experiencia fue más allá. Miguel Ángel pudo compartir con el torero de Salteras los momentos previos a la corrida: vio cómo su ídolo se vestía de luces en la habitación del hotel y le acompañó en el coche de cuadrillas hasta la plaza. También pudo conocer a todos los miembros de su cuadrilla, que se hicieron fotos con él y le animaron en su ilusión de ser torero.

Miguel Ángel Martínez, que pertenece a la Escuela Taurina de Barcelona y entrena en un polideportivo de Hospitalet de Llobregat, se dio a conocer a través de un reportaje publicado en Abc donde hablaba de su ilusión por torear y de su enorme admiración por El Cid, de quien dijo: “Me parece el más grande”. El torero sevillano le regaló en las pasadas navidades un capote y una muleta y va a invitarlo a pasar unos días en su finca cuando finalice la temporada.

Información y foto: Toromedia
 

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