Carlos Crivell.– Mientras hay una mayoritaria opinión que ha destacado el buen nivel de la pasada Feria de Sevilla, que incluso ha tenido detalles de acontecimiento histórico, la empresa Pagés no está satisfecha con los resultados económicos del ciclo. Así lo ha expresado el empresario Ramón Valencia a algunos periodistas.
Cuando la empresa Pagés anunció los carteles, en los que se incluían a todos los matadores que habían estado ausentes de Sevilla en las dos últimas temporadas, era previsible que se produjera un notable incremento del número de abonados. Ramón Valencia llegó a decir en algunos círculos que incluso 4000 abonados no serían suficientes para equilibrar los presupuestos de la que consideró como “la Feria más cara de la historia de la plaza de Sevilla”.
El número de abonados apenas se ha incrementado en 170, de forma que al final se han abonado 2335 localidades de la plaza. De ahí el descontento del empresario, que ha manifestado que “Sevilla en estos momentos no puede soportar esta Feria”. Y añade más Valencia: “Será preciso estudiar qué hacer en el futuro porque así es insostenible. Parece como si ya apenas quedaran aficionados”.
Del total de ingresos de la empresa, el 21% se destina a pagar impuestos, mientras que el 22% (hay quien lo sitúa en el 25%), es para pagar la renta a la propiedad. Valencia ha recordado que en otras plazas no hay que pagar esas cantidades, “de forma que las empresas tiene mayores márgenes de ganancias”. Incluso ha llegado a decir que “algunas tardes hubiera sido más rentable la suspensión que la celebración de las corridas”.
No tiene la empresa ninguna queja contra los toreros, “a los estamos agradecidos porque ya conocen nuestras dificultades y se muestran comprensivos. No tienen ninguna culpa en que el balance final sea deficitario”. No da cifras, “porque todavía quedan cosas por cerrar”, pero el disgusto es más que evidente, mientras que recibe felicitaciones por el resultado artístico del ciclo, lo que hace con cara de resignación.
De cara al futuro, todo esto puede repercutir en esta misma temporada. Las mismas novilladas sin caballos de julio, que suelen registrar excelentes entradas y cuyos precios son muy asequibles, también son deficitarias. La empresa no sabe si merece la pena poner precios tan bajos para esos festejos de noveles, “ya que solo abrir la plaza es muy costoso”.