Álvaro Pastor Torres.- Plaza de toros de Utrera. Jueves 8 de septiembre. Corrida de feria el día de la Patrona, la Virgen de Consolación. Media entrada en tarde muy calurosa.

Cinco toros de Murube, desiguales de tipo, justos de raza y cabeza e inválidos por lo general, se dejaron algo más 3º y 5º, y uno de Hermanos Sampedro (4º), bajo, más ofensivo por delante y repetidor, ovacionado en el arrastre.

Enrique Ponce, de turquesa y oro: pinchazo y estocada baja (silencio); metisaca y pinchazo (dos orejas)

Luis Vilches, de verde y oro: dos pinchazos y estocada (silencio); metisaca, pinchazo, estocada y cuatro descabellos (oreja)

Cayetano, de verde hoja y oro: pinchazo, estocada tendida y dos descabellos (oreja); estocada algo trasera y tendida y descabello (oreja)

La profesionalidad de los tres matadores, y en especial la técnica de Enrique Ponce, se sobrepusieron a una corrida inválida de Murube cuyas reses ya salían picadas con sólo la divisa.

El maestro de Chiva compuso una faena larguísima al buen cuarto, un remiendo de Sampedro que, aunque flojito tuvo motor para repetir mil y una arrancadas que Ponce, con su técnica prodigiosa supo conducir con maestría hasta poner a buena parte del respetable en pie.

Luis Vilches dejó pinceladas de buen toreo que atesora tanto con el capote como con la franela, pero falló a espadas, su talón de Aquiles.

Cayetano estuvo entonado y mostró cierta calidad ante reses llenas de sosería y sobradas de invalidez.
 

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