Cartel de lujo en la primera jornada del Seminario de los Delegados Gubernativos y Veterinarios de plazas de Andalucía, que se desarrollan dentro del marco espléndido de la Feria Mundial del Toro. Tres generaciones de toreros, Manolo Vázquez, Espartaco y El Juli, cada uno con su visión de una fecha emblemática de Sevilla: Domingo de Resurrección. Además, el ganadero que se ha hecho fuerte en la fecha, Borja Prado, propietario de Torrealta, y el empresario, Eduardo Canorea.

Como introductor de los que allí se habló, Antonio García Barbeito, que dibujó las pasiones de Sevilla en primavera, desde el aroma de una Sevilla penitencial en Semana Santa a la alegría de la Resurrección, que tiene en el coso del Arenal su meta soñada. Antonio volvió a paralizar a los presentes, trasportados a las calles de Sevilla por su palabra. El silencio, tan difícil de escuchar, fue el primer oyente de una pieza recibida con un estallido de palmas.

A partir de ahí, los maestros contaron su Resurrección. Manolo Vázquez siguió la estela de Antonio en su recuerdo de la Semana Santa, cuando de nazareno del Gran Poder, la gente le deseaba suerte para el Domingo de Pascua en la Maestranza. Manolo no pudo contar esa otra vivencia única de su vuelta a los ruedos en 1981 precisamente en un Domingo de Resurrección.

Espartaco ha toreado muchas veces en esa fecha, conoce del miedo de una plaza pendiente de todo, cuando en el triunfo estaba la temporada. Espartaco, que conoce el sabor de la Puerta del Príncipe, dejó la impronta de su propia carrera en una palabras sentidas.

Y El Juli sintió en sus jóvenes carnes la presión de una fecha en la que ya es experto. Comparó el Domingo de Pascua con varias corridas de clamor, como Beneficencia o la Goyesca de Rknda. El Juli debutó en este tipo de fstejos en 2001 con Curro y Espartaco y se mostró penoso de no haber podido abrir la Puerta del Príncipe en fecha tan solemne.

El ganadero, Borja Prado, proclamó la importancia de Sevilla, hasta el punto de que

A %d blogueros les gusta esto: