Álvaro R. del Moral.- Con una media y un calcetín. El verdadero San Fermín no tiene nada que ver con esos fulanos ahumados que escalabran tirándose desde la fuente de la Navarrería. Hay que viajar a Pamplona, aunque sólo sea una vez en la vida, para conocer el verdadero sentido de una celebración en la que todos tienen cabida: desde el guiri mollatoso al sibarita de buen comer y mejor beber, pasando por familias completas que saben pasar en orden y concierto esos siete días grandes. La fiesta es total y poliédrica aunque el reflejo mediático prefiere tropezar con la costra de mugre. Algo así ocurre con las corridas de toros vespertinas que son, no se olvide, la única justificación de los encierros matutinos que sirven para trasladar los toros a lidiar por los hombres de luces a los corrales de la plaza. El espectáculo televisivo ha prestado cierta fama a unos corredores que este año también serán vistos en directo en los Estados Unidos merced a la adquisición de los derechos pertinentes por la cadena NBC. En este punto habría que recordar que el mayor altavoz de las fiestas -con sus ventajas e inconvenientes- fue la obra literaria y periodística de Ernest Heminway. No convendría despreciar las consecuencias del efecto llamada que podrían tener estas retransmisiones. De éxito también se muere.
Algunas cifras muy elocuentes. La estadística la publicaba Mundotoro algunos días atrás para certificar que los números del toreo permanecen en caída libre. La frialdad de las cifras no oculta la inclinación de esa curva que empezó a descender después de aquel 2007 que marcó el techo de la desmesura en lo económico y en lo taurino. El portal especializado recoge que entre el 1 de enero y el 30 de junio de 2014 se han celebrado un total de 231 festejos. Sólo serían 15 menos que los que se contabilizaron en el mismo periodo del año anterior pero las cifras comienzan a hacerse preocupantes al constatar que son 67 menos de los computados en 2012. Para conocer mejor el ritmo descendente hay que recordar los ¡654! festejos que se celebraron en el año 2007. El descenso ya era manifiesto en 2008, con 523 funciones contabilizadas. Pero la crisis ya había llegado para quedarse y el año 2009 se registraron 390. La pregunta es: ¿dónde está el tope de esta debacle estadística? ¿Cuando se iniciará la recuperación y/o estabilización de las cifras? ¿Cuantas plazas cerradas o en trances apurados se esconden detrás de estos cuadros numéricos? Volvemos una y otra vez a la misma certeza: el toreo se está derramando en su base.
Las cosas que se hablan por ahí. Una de las comidillas de la semana que se fue ha girado en torno a la gestación de los carteles de Málaga. La pregunta del millón era saber si Manzanares figuraría finalmente en las combinaciones alumbradas por Pepe Cutiño. Y así ha sido finalmente: en la Feria de Agosto no faltará casi nadie. El diestro alicantino actuará en la Malagueta en la tarde del 22 de agosto en un rematadísimo cartel que completan Enrique Ponce, Morante y los toros de Zalduendo, una ganadería que algunos sitúan ya dentro del catálogo de propiedades de Alberto Bailleres, el potentado apoderado del diestro de La Puebla. El caso es que los dimes y diretes en torno a la hipotética y no consumada ausencia del alicantino podría hacernos retroceder a otras plazas sin cambiar de mar. La ruptura de la sintonía profesional del Manzana y El Juli es un secreto a voces y la salida del madrileño de las combinaciones de la feria de San Juan de Alicante se espoleó -entre otros condicionantes- por la elección de una corrida de toros -la que finalmente se lidió- que se convirtió en la definitiva piedra de toque de las discrepancias entre ambos toreros. ¿Ha tenido que ver el asunto con los rumores que han precedido la presentación de los carteles definitivos? ¿Alguien ha querido propalar interpretaciones interesadas? Todo puede ser. Las primeras versiones colocaban a El Juli dos tardes y finalmente cumplirá una, al igual que toda la tropa.
Habrá que estar pendientes el resto de la temporada para anotar en cuantos carteles coinciden ambos espadas. Sobrarán los dedos de una mano. Los carteles de Málaga también incluyen la interesante encerrona de Ferrera, que se meterá seis miuras en espeto. El gesto evoca aquellas corridas de la Cruz Roja, organizadas en la misma Málaga en la segunda mitad de los 80 que elevaron el papel y la cotización de toreros como Espartaco, Capea o Roberto Domínguez. Eran otros tiempos. No sé si mejores pero seguro que distintos. Y vamos aliñando con un recuerdo especial a David Mora. Las secuelas y la lenta recuperación de la terrible cornada de Madrid le han impedido estar en San Fermín; el calvario aún no ha terminado. También hay que mandar una tonelada de ánimo al novillero Posada de Maravillas: la lesión de tendones -cercenados con su propia espada en Pamplona- evoca el calvario que pasó el propio Manzanares con una lesión parecida. Nos despedimos con una triple felicitación: a Miguel Ángel Léon por su brillante debut en Madrid; a Borja Jiménez por su rotundo zambombazo pamplonica y a Curro Romero por ganar el II premio taurino de la ciudad de Sevilla.