El profesor Ruiz Manuel dictó una lección de torería en Almería a sus alumnos que se lo llevaron a hombros al hotel. La lección incluyó a sus compañeros de cartel, Jiménez y Luque, que también salieron a hombros con una gran corrida de El Pilar.

El Pilar / Ruiz Manuel, César Jiménez y Daniel Luque

Plaza de Almería, 3ª de Feria. Tres toros de El Pilar y tres de Moisés Fraile, primero, tercero y quinto, bien presentados, y de buen juego con nota excelente para primero, cuarto, quinto y sexto. En general, una corrida manejable. Los tres espadas salieron a hombros por la Puerta Grande.
Ruiz Manuel, rosa y plata, pinchazo y estocada caída (una oreja). En el cuarto, estocada que asoma y estocada (una oreja).
César Jiménez, azul pavo y oro estocada trasera y caída (una oreja). En el quinto, estocada caída (dos orejas).
Daniel Luque, celeste y oro, estocada trasera y caída (una oreja). En el sexto, media estocada (dos orejas).

Carlos Crivell.- Almería

Ruiz Manuel es profesor de la Escuela Taurina de Almería. Los jóvenes que quieran ser toreros están de enhorabuena. Su maestro es un torero elegante y con torería. Es decir, que todo lo que pueda enseñarles estará preñado de buenos conceptos.

También estarán contentos los chavales porque su profesor cuajó ayer una buena tarde de toros. En adelante, sus clases toreras tendrán el referente de lo que hizo en la Feria de Almería del año 2011. Cómo estaría que al final del festejo lo izaron a hombros y se lo llevaron hasta el hotel. Qué lección les había impartido su maestro.

El almeriense es torero de cuerpo entero. Su labor estuvo presidida por la elegancia y la templanza, nada de bullas ni carreras, actitud de torero siempre y ejecución de las suertes con pureza. Se entregó en excelente primero de Moisés Fraile, un toro de dulce, al que recibió con una larga y lanceó con buen gusto. La faena, casi toda sobre la derecha, fue templada, elegante e inteligente. Fue una lección más para sus alumnos. Al rematar de forma irregular, matando no fue un buen maestro, cortó la primera oreja de una tarde de extrema generosidad por parte del público y del palco.

Remató su tarde con el buen cuarto, al que volvió a torear con mucha seguridad. Desde le saludo de rodillas, a las tandas con la diestra y las manoletinas, todo resultó muy compacto en su labor. A nadie le importó que la primera estocada saliera por el lado, cuando murió a la segunda agresión, la plaza se le entregó y le abrió la Puerta Grande con la segunda oreja en su esportón. Por encima de detalles, el profesor Ruiz Manuel dio una lección de torería.

César Jiménez cumplió una tarde dejando su buen oficio patente. De su lote fue mejor el quinto, también con el hierro de Fraile, al que cuajó una faena muy estimable por ambos pitones, ligando pases con el compás muy abierto, que remató con adornos y manoletinas. Le dieron dos orejas en tarde ya embalada de generosidad extrema.

Antes, en el primero de su lote, Jiménez, al que apenas se le notó el reciente percance de de Málaga, toro más incómodo, ya porque tenía pocas fuerzas, ya porque echó siempre la cara arriba, se mostró como un profesional curtido, sacó pases en distintas zona de la plaza y se llevó una oreja cariñosa.

El más joven de la terna era Daniel Luque. También cortó una oreja en el tercero por una faena de porfía a un toro que también derrotó alto y al que Luque le hizo una faena irregular citando a zapatillazos. Destacaron sus ganas, pero de ahí a cortar una oreja hay un abismo, pero ayer era el día de la oreja, como si el público y el palco se hubieran puesto de acuerdo.

Las verónicas del saludo al cinqueño sexto tuvieron el sello de los grandes capoteros de todos los tiempos. Meció la cintura y las muñecas a compás en lances preciosos. El toro se hizo el dueño en banderillas pero Luque le ganó la voluntad en el inicio de la faena en pases a media altura y uno de la firma para esculpirlo. Sobre la izquierda alargó con buen gusto las embestidas de toros, que y en la faena estaba reconvertido en bueno.

La faena prendió en el tendido, el de Gerena se creció y se explayó al final con la zurda en muletazos de trazo perfecto. No faltaron los adornos, los circulares y la locura colectiva.

Se quedó el aficionado con la lección de Ruiz Manuel en una tarde en la tanto César Jiménez como Daniel Luque estuvieron a buen nivel y atendieron la lección del profesor, que aunque cortó menos trofeos fue quien hizo el toreo de mayores quilates. Todo ello con una gran corrida de El Pilar. Una buena tarde de toros. 

Fotografía: Enrique Fernández (Aplausos.es) 

 

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