Roca Rey. Foto: Eduardo Porcuna

Carlos Crivell.- Era la corrida más atractiva de la feria de Almería. El poder de convocatoria de Roca Rey es ya un hecho real. Es una lástima que estas solemnes ocasiones el ganado sea tan pobre. La de Zalduendo, de presentación muy justa para los parámetros de Almería, no dio la talla en cuanto a casta y bravura. Si el asunto consiste en que haya bondad y se corten orejas sin mirar al toro, poco hay que decir. La obligación es exigir que una terna lujosa lidie un tipo de toro más bravo y más encastado. Todo esto es un lamento sin sentido ante la euforia de los asistentes al tendido, pero es la obligación del crítico ofrecer su versión de los hechos. Solo quinto y sexto dieron la talla.

El primero de Ponce embistió de forma pastueña a media altura con mínima acometividad. Ponce trata a estos toros como un maestro. Todo a media altura, siempre con pases periféricos. Toreó con la derecha, más con la izquierda, pero con una pulcritud que apenas provocaba la emoción. Se dejó venir de largo al burel para aprovechar su inercia. Ponce domina esta partitura. El público de Almería lo adora y le pidió las dos orejas después de un mal espadazo. Se quedó en una.

El engatillado cuarto se movió en dos tandas con la derecha. Por el lado izquierdo se lo pensó. Ponce lo empapó de muleta para llevarlo muy tapado. Antes lo había desarmado. Con la derecha se agarró al costillar para salir de la suerte. Ya el Zalduendo estaba hundido y ahogado.  Tiró de recursos con su consolidado oficio con naturales a media altura en unidosis. El aviso sonó antes de perfilarse con la espada y se le atascó el descabello. Se le aplaudió y saludó desde el centro porque aquí le quieren de verdad.

El Juli sorteó en primer lugar un toro con dos minipitones. Es posible que así lo hubiera parido la vaca. El toro fue de nula casta, pero acabó en la muleta del madrileño con una movilidad algo desordenada ante el sitio y el poder del diestro. Fue una faena inteligente, de menos a mucho más, de esas en las que para salir del paso decimos que se el torero se había inventado al toro. La oreja hizo justicia a su labor.

El quinto, como todos los toros de la corrida, se picó entre una escandalera popular. Está claro que piensan que un toro picado de verdad no sirve en la muleta.  Comenzó El Juli con ocho pases por alto. Se lo llevó al centro. Fue un toro más enrazado que sus hermanos. Toreó con la derecha con relajación. Por la izquierda protestó por arriba. Vuelta a la derecha para ligar y torear por alto. La oreja cayó a plomo.

El deseado peruano puso en marcha su tauromaquia con el tercero sin contar con el corto viaje del Zalduendo, que nunca se salió de la muleta. Roca estiró su brazo para llevarlo lejos. Debió corregir su posición porque el animal se le quedaba encima. Una tanda postrera con la izquierda, los pases de pecho, enormes, y el arrimón final fueron de infarto. Falló con la espada.

Con el sexto, también noble, Roca levantó a la plaza por saltilleras y caleserinas en el quite. Se puso de rodillas de entrada con la muleta. Ligó muletazos en una loseta a un buen toro. La de Zalduendo se salvó en el quinto y el sexto. La plaza hirvió ante tanta quietud, temple y ligazón. Todo este clima se evaporó por su fallo con la espada. Gritaron ¡torero, torero!, pero se le había ido la Puerta Grande por culpa de la espada.

Plaza de toros de Almería, 23 de agosto de 2018. 2ª de Feria. Tres cuartos de plaza. Seis toros de Zalduendo, justos de trapío, nobles y justos de casta. 1º, flojo y noble; 2º, manso con movilidad desordenada; 3º, corto de recorrido; 4º, de viaje corto aunque noble; 5º, noble y con movilidad encastada; 6º, noble y con trasmisión.

Enrique Ponce, de celeste y oro. Estocada trasera y baja (una oreja). En el cuarto, media estocada baja y cinco descabellos (fuerte ovación y saludos tras dos avisos).

El Juli, de gris plomo y oro. Estocada desprendida (una oreja). En el quinto, estocada corta trasera (una oreja). Salió por la Puerta Grande.

Roca Rey, de lila y oro. Pinchazo y media estocada (palmas tras aviso). En el sexto, dos pinchazos y estocada (una oreja)

 

A %d blogueros les gusta esto: