Juan Manuel Pérez Alarcón.- Primera corrida del abono que suponía la de la despedida del torero de la tierra Ruiz Manuel tras mas de 23 años en activo, y donde las notas principales han venido marcadas por una parte por la pobre entrada registrada en el Coso de la Avenida de Vilches y el mal juego de los toros de El Torreón. Algo más de un cuarto de plaza para ver una corrida bien presentada de El Torreón pero vacía de contenido. Escasa de fuerzas, noble pero sin raza dondelos toreros estuvieron por encima de sus oponentes. Sólo Curro Diaz tuvo un lote propicio para el lucimiento, cortando tres orejas y por tanto declarándose triunfador del festejo.
Ruiz Manuel tuvo un primer oponente que apenas se mantenía estable. Un inválido en toda regla. Anduvo con oficio – del que torea poco pero con solvencia – pero sin material para el triunfo. Tras un pinchazo y estocada se le ovacionó.
Con el cuarto, un toro que derribó al caballo con más genio que nobleza, estuvo digno ante un oponente sin opciones claras al triunfo. Voluntad y faena sin alma por esas condiciones poco motivadoras del animal. Tras dos pinchazos y media recogió otra ovación de sus paisanos.
Curro Diaz lidió un primer oponente que le dejó dejar algo de su particular toreo de capote de mano baja. Se inventó una faena y un toro al que obligó a embestir y torear con ese empaque y plasticidad que atesora el de Linares. Toreó con cierto gusto por ambos pitones a ralentí que tras una estocada entera y de perfecta ejecución se le pidió con fuerza una oreja que la Presidencia otorgó.
Con el quinto, un animal con exceso de peso, de hechuras poco aconsejables para el encastre en cuestión, tuvo el mérito de inventarse otra faena que se caracterizó por su naturalidad y torería. Faena medida y correcta que fue certeramente rematada con otra estocada fulminante. El palco entendió que era de dos orejas, pero yo me hubiera quedado con una. Una faena de dos orejas en Almería – como otrora – tiene que tener mayor empaque y continuidad en todos los tercios.
El mexicano Joselito Adame tuvo un primer toro que apenas fue picado. Buen tercio de banderillas a cargo de Miguel Martín y Fernando Sánchez. Débil de manos y sin motor, anduvo entre los pitones hasta que se aburrió el público y el torero. Fue silenciada su labor tras fallar a espadas.
Con el que hizo sexto y último de la tarde, entendió a un animal que le sirvió para cortar una oreja por una faena vistosa para nada emotiva. Antes en banderillas, saludarón Tomás López y Fernando Sánchez por ejecutar un tercio vistoso. Perfilero y poco confiado buscó el aplauso fácil para cortar una oreja – que el UsÍa concedió – tras una buena estocada de ejecución rápida.
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