Roca ReyLuis Carlos Peris.- Puede que se haya dado con esa piedra filosofal que convierta el plomo que padecemos en el oro que deseamos, que rescate al toreo de esa especie de marasmo del que ni siquiera sale mediante la mucha sangre derramada en este verano tan sangriento. Las muchas crisis sufridas por el toreo se superaban con la aparición de un tío que todas las tardes se los pasaba muy cerca. Manolete alivió una posguerra que no terminaba nunca y El Cordobés hizo que los felices sesenta pareciesen aún más felices. Hogaño teníamos esa piedra deseada en José Tomás, pero vive tan escondido que su efecto es demasiado efímero. Ahora ha aparecido un chaval peruano que puede encarnar ese papel de torero multitudinario que reactive la Fiesta hasta conseguir que enmudezcan esos pesados de los antitaurinos. Se llama Andrés Roca Rey para lo que gusten mandar, un tío.

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