José Luis López.- México en particular y América en general, han sido desde hace muchísimo tiempo, un claro objeto del deseo, para españoles de todas las escalas sociales. Descubridores, conquistadores, guerreros y aventureros. Exiliados o trabajadores, artistas y como no podía ser menos, toreros, se fueron esparciendo por toda América y la poblaron de hispanos, que contribuyeron a engrandecer, el nuevo continente, y algunos, sus bolsillos.
México, ha sido uno de los países, en que los españoles han tenido mas presencia. Ya en el año 1.518, tiempo en que reinaba el todopoderoso Montezuma II, Juan de Grijalba, enviado por Diego Velásquez, Gobernador de Cuba, reconoció el país, y al año siguiente emprendió su conquista Hernán Cortes, que en 1.521 se apodero de la capital, y poco tiempo después, convirtió el gran imperio azteca en virreinato español.
Tres siglos duró la dominación española. A lo largo de ese tiempo, los personajes que dejaron huella en México, fueron muchos y por muy distintos motivos.
Con esta breve semblanza del bello y rico país azteca, quizás nos podamos explicar, el papel tan importante que España ha jugado en su historia y los vínculos tan fuertes que unen a los dos países, ya que son muchas mas las cosas que los acercan, que las que los separan. Una de esas cosas que nos aproxima es el toreo. Siempre ha existido, en tierras mexicanas, una pasión desmedida por nuestra Fiesta Nacional y por nuestros toreros, que han visitado México en multitud de ocasiones, siendo, muchos de ellos, verdaderos personajes populares, no solo entre la afición mexicana, sino en todos los estamentos sociales del país.
La fiesta de toros, llegó a México con los conquistadores, y los primeros festejos se vieron ya en vida de Hernán Cortes. Su evolución hacia lo que hoy es, tardo muchos años en llegar. Fue Mazzantini, el primero en viajar al nuevo mundo y el precursor del toreo moderno, al llevar a tierras mexicanas, el toreo español de su época.
Por parte azteca, el primero en viajar a España, después de haber alternado en México, con los españoles Fernando “El Gallo”, Machío y Mazzantini, fue Ponciano Díaz, mexicano, que lo hizo en 1.889, y que tuvo cierta influencia entre los diestros españoles. Hizo su presentación en Madrid, el 28 de Julio, realizando suertes del toreo mexicano, a “Escribano”, un toro de la ganadería de Palha. Esta considerado como el iniciador de los intercambios Hispano-Mexicanos.
Tendrían que transcurrir, casi 20 años, para que otra figura del toreo mexicano viajara a España, aconteció en 1.908, y fue Rodolfo Gaona, el torero que nos visitaba. Se puede decir, que si Ponciano Díaz, entreabrió las puertas de los intercambios, Gaona las abre de par en par, y a partir de entonces, son legiones los toreros mexicanos que vienen a España, para torear en sus plazas. Pepe Ortiz, Lorenzo Garza, Luis Freg o Jesús Solórzano, son alguno de los que visitaron España. Algunos, como Armillita, llegaron a disputar los primeros puestos a toreros españoles, creando verdaderos conflictos por la competencia, estimada lesiva por los diestros españoles. Ello, motivo pugnas en el terreno laboral, limitándose el número de toreros mexicanos que debía de figurar en cada cartel, existiendo una reciprocidad, en cuanto a las actuaciones de los diestros españoles en México.
En uno de estos conflictos, que habitualmente y a lo largo de la historia se han producido, y que casi siempre se saldaban con acuerdos positivos para las dos partes, se produjo una ruptura del convenio, siendo presidente de la Asociación de Toreros Españoles, el diestro madrileño, Marcial Lalanda. Esta ruptura hizo que no hubiera intercambios, durante mas de 10 años, y hasta 1.944, no pudieron reanudarse los viajes, siendo Carlos Arruza, que se hallaba toreando en Portugal, el primer torero mexicano, que vino a España, una vez restablecidos los acuerdos taurinos, hispano- mexicanos, fue el 18 de Julio de 1.944, en la plaza de toros madrileña de Las Ventas, donde confirmo la alternativa, de manos de Antonio Bienvenida, actuando como testigo Morenito de Talavera. El éxito de Arruza, en esta corrida de presentación, fue extraordinario, y marco la pauta de lo que serian las actuaciones futuras del diestro azteca, en España, donde toreo la temporada siguiente, la increíble cifra de 108 corridas de toros.
El cese de las hostilidades laborales, la venida de Arruza a España, junto, con el deseo de los mexicanos de ver a las figuras españolas, fueron suficiente caldo de cultivo, para que algunos toreros españoles, se plantearan el marchar a México, al final de la temporada española.
Pepe Luis Vázquez, Joaquín Rodríguez “Cagancho”, Rafael Ortega “Gallito”, Gitanillo de Triana y Antonio Bienvenida, decidieron, después de conversaciones con la empresa que regia los destinos de la plaza El Toreo, de la capital mexicana, viajar a México en el mes de Octubre de 1.944, produciéndose, así, el primer viaje de toreros españoles, en mas de 10 años, a la tierra de Montezuma.
Es el propio Pepe Luis, una de las veces que me concedió el honor de recibirme en su casa de Nervion, quien me cuenta los avatares de ese viaje a las “américas”, que más que viaje, fue una gran aventura por un rosario de puertos y aeropuertos, hasta llegar al destino final, que era la ciudad de México. No podemos olvidar la época, año 1.944, y los acontecimientos que sucedían en el mundo. En España, tiempos difíciles, tiempos de posguerra, apenas habían transcurrido cinco años del final de la contienda nacional. Fuera de nuestro pais, un loco alemán, llamado Adolf Hitler, estaba empeñado en la conquista del mundo, y la segunda gran guerra, se encontraba en su punto más álgido.
Nada se interpone en la decisión de los toreros, de iniciar el viaje, por algo se dice que están hechos de otra madera, y cada uno acompañado de algún miembro de su cuadrilla, se marchan a Vigo, desde donde tiene previsto partir el barco que les llevara hasta el nuevo continente.
Este primer viaje, (del que pueden ver foto de grupo en la cubierta del barco “Marques de Comilla”) lo inician Pepe Luis Vázquez, su compadre y picador Antonio Díaz y el mozo de espadas, Manuel Flores. Antonio Bienvenida y su banderillero “Cerrajilla” (valenciano, único que no era andaluz). Rafael Vega “Gitanillo de Triana”, a quien acompañaba Manuel Roja “Rojita” y su picador, Curro Chávez. Joaquín Rodríguez “Cagancho”, acompañado por José Villalón “El Coleta”. También embarcaron, para hacer la travesía, Rafael Ortega Gómez “Gallito”, que no esta en la fotografía de grupo, y que se le conocía en el mundillo taurino, como “Gallino”, Eduardo Pérez “Bogota” y Alárdi, periodista de A B C.
En esta fotografía, se encuentran además, posando en la cubierta del buque de la compañía Trasatlántica, junto con los viajeros, unos amigos que habían acudido a Vigo para despedirlos, Pepe Amorós, Enrique Vargas, Fidel Rosalem “Rosalito” y los picadores Antonio Chávez y “El Ferroviario”.
Las comunicaciones en aquella época, con América, no eran, muy fluidas, y había que adaptarse a lo que fuera. Así que el viaje resultaba largo, tanto por el medio, como por los puertos que tenían que tocar. El periplo del “Marques de Comilla”, fue variado pues zarpo de Vigo, hizo escalas en Lisboa y Santa Cruz de Tenerife, poniendo rumbo al continente americano. Arribaron en Puerto Rico, donde había un control ingles, y hubieron de desembarcar junto con todos sus equipajes, para su revisión. ( por cierto, que los toreros, tuvieron sus mas y sus menos, para explicar a los soldados ingleses, que las espadas que iban en sus fundones, eran parte de sus herramientas profesionales, y que para nada pensaban utilizarla, en otros menesteres, que no fueran los propios de un matador de toros ) Esta revisión les obligo a estar en San Juan de Puerto Rico, tres días, hasta embarcar de nuevo, para poner rumbo a La Habana, donde abandonarían el barco, para tomar, un vuelo, en un avión convencional, que la empresa mexicana, había preparado, para llevarlos hasta Mérida, en la península de Yucatán, allí permanecieron veinticuatro horas, para volar al día siguiente a la capital de México, donde había preparado un gran recibimiento en su aeropuerto. Acudió la prensa de todo el país, y miles de aficionados mexicanos, y españoles que se encontraban en México, por motivos laborales y políticos, todos sabemos la cantidad de españoles que se exiliaron a ese país, después de nuestra guerra civil.
Como podrán adivinar, el viaje no era de lo más cómodo y tampoco de lo más rápido. Cuenta el maestro Pepe Luis, que cuando llegaron a La Habana, cansado de tantas horas de navegación y desembarcos, se estaba preguntando los días que hacia que habían salido de España, y “Gallino”, que era muy exagerado y con gracia a raudales le contesto, “José Luis, he estado echando las cuentas, y hemos tardado, tres días mas que Colon”.
La travesía, se hacia pesada, pero los toreros, gente joven, se buscaba mil maneras para entretenerse. Hacían ejercicio en una piscina que tenia el barco, toreaban de salón, y paseaban por cubierta. Pero sobre todo organizaban unas extraordinarias e inocentes, partidas de cartas, en las que se jugaba al “Rentóy”. En estos menesteres, era una figura Pepe Luis, que jugaba de compañero con Antonio Bienvenida, y teniendo como contrincante, a “Cagancho” y “Gitanillo”, con lo que además de la partida, se jugaban el “honor” de dejar muy alto, los pabellones de los gitanos y los payos.
En otras ocasiones, según me cuenta, el torero de San Bernardo, como la marinería, cocineros y camareros, eran casi todos de Cádiz, el que no sabía bailar, era un buen “cantaor”, y el que no sabia ni cantar ni bailar, tocaba la guitarra como los mismos ángeles, con lo que se organizaba una juerga flamenca, en menos que canta un gallo.
En el barco, además de los toreros, iban pasajeros de diversas regiones, aunque la mayoría, eran cantabros, asturianos y gallegos. Emigrantes, turistas, buscavidas y aventureros. Y personas que por motivos políticos, creían conveniente que un cambio de aires, por una temporada, no les vendría mal. Algunos, hicieron fortuna en América, y solo volvieron a España, años mas tarde y para hacer turismo. Casi todos, con el denominador común de tener familiares, en ultramar, por lo que en sus equipajes, llevaban algún presente para ellos, en forma de alimentos típicos españoles, chorizos, un jamón los más pudientes, cajas de vino o cualquier otra cosa que les recordara sus lejanas tierras.
Uno de los días, a mitad de la singladura, se recibe un cable de España, lo envía “Pepote” Bienvenida a su hermano Antonio, comunicándole la buena nueva del nacimiento de su hija. No podía presentarse una ocasión mejor, para salir de la rutina diaria, así, que con tan fausto motivo, Antonio Bienvenida, organizo una gran fiesta, para celebrar el nacimiento de su sobrina, fiesta en la que se canto y se bailo flamenco, y en la que se comieron todos los embutidos que viajaban en el barco, regado con excelentes caldos de los viñedos españoles. La juerga fue de época, y en ella participaron todos los pasajeros, claro está que los familiares de estos, que aguardaban la llegada de los parientes españoles, tendrían que esperar tiempos mejores, para degustar las ricas viandas, que les enviaban de España, y que se consumieron, con gran satisfacción de todos, en medio del océano Atlántico.
Y por fin, después de las mil y una peripecias, anécdotas y transbordos, llegaron a México, y pudieron cumplir con los contratos a los que se habían comprometido. El regreso, cada uno lo hizo de una manera diferente, el maestro Pepe Luis, atravesó Estados Unidos en tren, para tomar un barco, que le trajo directamente a Lisboa, dando fin, a la primera aventura de los toreros españoles, después del nuevo convenio de intercambio, para actuar en los ruedos mexicanos.
COMPONENTES DE LA FOTO “TOREROS EN CUBIERTA” de cabecera
1 José Villalón “El coleta”, 2 Rafael Vega “Gitanillo”, 3 Alárdi (Periodista), 4 Eduardo Pérez “Bogota”, 5 Un amigo, 6 Curro Chávez (Picador), 7 “El Ferroviario” (Picador), 8 Joaquín Rodríguez “Cagancho”, 9 Pepe Amorós, 10 Antonio Chávez (Picador), 11 Fidel Rosalem “Rosalito”, 12 Enrique Vargas, 13 Manuel Flores, 14 “Cerrajilla” (Banderillero), 15 Un amigo portugués, 16 Manuel Rojas “Rojita”, 17 Pepe Luis Vázquez, 18 Antonio Bienvenida, 19 Antonio Díaz