Paseíllo. Foto: Álvaro Pastor Torres

A Esaú le falló el tiempo, que ha sido primaveral justo hasta el día de su corrida con seis astados en Camas. Su apuesta fue rigurosa con el ganado. No solo llevó reses de encastes variados, sino que la presentación para una portátil fue impecable. Su faena más completa fue la de cuarto, un hermoso ejemplar de El Pilar con clase a raudales. Las tandas por ambos pitones surgieron limpias por el temple, además de resultar ligadas. Fue una labor de toreo moderno con final en los terrenos del toro y las luquesinas. Lo mató bien y paseó el rabo, mientras el animal era ovacionado en la vuelta al ruedo.

También fue notable su faena al de la Ventana del Puerto, toro de mucha nobleza. En esta ocasión, el toreo de Esaú fue menos natural al forzar la postura con el cuerpo encorvado. Un inoportuno desarme interrumpió una también inadecuada marcha procesional. Con el fallo con la espada se le fue un triunfo grande.

Esaú Fernández, al natural con el de Victorino. Foto: Álvaro Pastor Torres

Antes, el de Ibán fue un toro para exponer mucho. La cara alta no impidió que exhibiera una marcada movilidad que no llegó a ser aprovechada por el torero. Y tampoco mejoró con lo sucedido con el de Buenavista, de bellas hechuras en sus casi seis años, bravo y encastado, muy bueno por la derecha. El torero hizo un esfuerzo para dominarlo, pero en esta ocasión se valoró más al toro.
El de Victorino, en el tipo de la casa, se movió mucho, algunas veces bien y otras mal. Esaú se lo brindó a Padilla, lo entendió a ratos con muletazos de factura desigual y falló con la espada.

Pasados los dos de El Pilar y La Ventana, con la tarde ya en tono de congelación, el de Daniel Ruiz se lastimó en una costalada y llegó aplomado al final. Puso banderillas, le echó voluntad, pero la suerte estaba echada.

En resumen, Esaú triunfó en la elección del ganado, tuvo poca suerte con el mal tiempo, no acabó de estar a gusto con los dos primeros, tampoco con el de Victorino, toreó a placer a los más nobles y no pudo rematar la tarde con el que cerró el festejo. Quiso ser variado, aunque con el capote no pudo brillar mucho. Colocó banderillas, estuvo desigual con la espada y dotó a la tarde de momentos de un contenido atractivo. Sobró la música procesional y el cante. Con calor, todo hubiera sido diferente.

Plaza de toros de Camas, 29 de febrero de 2020. Corrida goyesca a beneficio de Cáritas local. Toros, por orden de salida, de Baltasar Ibán, Buenavista, Victorino Martín, El Pilar, La Ventana del Puerto y Daniel Ruiz. Todo, bien presentados, de juego variado y con uno bravo, el de Buenavista, y dos nobles, el de El Pilar, premiado con la vuelta, y el de La Ventana del Puerto. No hay billetes, aunque la plaza no se llenó. Tarde desapacible. Saludó en banderilla Ángel Otero.
Esaú Fernández, de azul marino y pasamanería azul, una oreja, una oreja, saludos, dos orejas y rabo, saludos tras aviso y saludos. Fue paseado a hombros al final del festejo.