Carlos Crivell.– La frase más repetida, la que sale de lo más profundo de nuestros corazones es, “cuando esto se acabe”. ¿Cómo será ese día de la vuelta a la normalidad? Hay una indisimulada intención de cambiar muchas cosas en nuestro quehacer diario “cuando esto se acabe”. Adivino algo común a todos: queremos priorizar lo que más nos importa y atender con más atención a las pequeñas cosas de la vida. Muchos están dispuestos a eliminar de su entorno a los personajes tóxicos – en mi caso ya lo he hecho -, para estar más cerca de quienes enarbolan la bandera de la cordialidad y el respeto. En el toro, y en todas partes, lo primero es rodearse de buenas personas y alejarse de los que son como el maldito virus letal. Cuando todo esto se acabe, para muchos llegará un tiempo nuevo, y en ese tiempo estará presente nuestra afición a los toros.

Volverán a los ruedos las corridas con su esplendor de siempre. Mientras llega ese momento, me parece muy bien que el sector reclame su posición como parte de la cultura y motor económico que sustenta a numerosas familias. El mundo de los toros no es ni más ni menos que otras actividades del mundo de la cultura. La ruina de muchos empresarios del sector será insoportable. Todos son necesarios para el futuro.

Nadie puede aventurar en este momento cómo acabará este desastre sanitario y económico. Es absurdo ponerle fechas a la vuelta a la normalidad. Que nadie olvide que este drama nos dejará mucha muerte, pero también mucha miseria. Con tanto dolor y tantos hogares destrozados, cuando España ha tenido la mala suerte de sufrir la pandemia más mortífera con los gobernantes más incapaces, a algunos les parecerá una frivolidad hablar de toros. Pero no lo es. Llegará el día de la normalidad y volverá el toro al ruedo. No olvidaremos a los que han dado la cara en estas fechas con su ayuda desinteresada y han dado un paso al frente. Lamentaremos que otros han estado escondidos. No es momento de pasar facturas, pero tampoco es bueno el olvido. Cuando todo esto se acabe, el toreo volverá a nuestras vidas. Será para todos un balón de oxígeno para seguir viviendo.

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