Se celebró ayer la primera sesión de las Lecciones Magistrales que organiza Aula Taurina. El invitado en esta ocasión fue el matador de toros Eduardo Dávila Miura en un acto presidido por Miguel Serrano y conducido de forma experta y documentada por Emilio Trigo.
En esta ocasión la asistencia fue selecta aunque no muy nutrida. Una vez más se apreció la ausencia de representantes de tantas asociaciones, tertulias, uniones y clubs de aficionados como existen en Sevilla.
El acto fue de alto contenido taurino. Eduardo Dávila, con palabra fácil e ideas claras, hizo un recorrido por su vida torera – “el toro que mejor he toreado fue Cubierto de Núñez del Cuvillo” -, relató cómo decidió volver por un día para matar la de Miura – “había que hacerlo antes de que se comenzaran a gestar los carteles de este año” -, expuso las dificultades de la cita, de sus miedos y de sus esperanzas, para acabar confesando que “es una vuelta por una corrida, pero debo confesar que me encantaría confirma en la Monumental de México”.
Hubo más cosas, como el recuerdo para el Club de Aficionados Prácticos (ausentes de la cita), para su familia y amigos y acabó confesando que no sabe nada del cartel que el 26 de abril cerrará la Feria de Abril de Sevilla. Fue un acto torero por los cuatro costados, uno más de los que ha organizado Aula Taurina en esta llamada ciudad taurina que a la hora de la verdad brilla por su ausencia.
Nacido en Sevilla en el barrio del Arenal, en la calle Pastor y Landero, frente a la Maestranza. Aficionado a los toros desde su infancia gracias al ejemplo paterno, un viejo amante de la fiesta que vio torear a Guerrita. Abonado de la Real Maestranza desde pequeño. 