Antonio Nazaré ha cortado una oreja en su debut en Pamplona. El sevillano ha cuajado una notable faena al sexto cebada de un festejo en el que Francisco Marco también paseó un trofeo. Morenito de Aranda resultó silenciado en su lote.

Antonio Nazaré debutó en Pamplona frente a un animal con movilidad pero que siempre llevó la cara arriba, sin entrega ni clase. Brindó la faena a los hijos de Salvador Cebada Gago, recientemente fallecido. El sevillano anduvo entregado y con muchas ganas en una labor de más voluntad que brillo. Firme el torero de Dos Hermanas, que no se dejó nada dentro. En la última bernadina, con la que cerró su labor, apunto estuvo de ser herido. Cobró una buena estocada. El sexto humilló de salida y Nazaré jugó bien los brazos a la verónica. Brindis al público pamplonés. El torero de Dos Hermanas, decidido como durante toda la tarde, no dudó y sin probaturas cuajó una labor bien estructurada y medida. El sevillano jugó bien con los tiempos y los terrenos. Sobre la diestra toreó ligado y templado. Hubo muletazos de mucha despaciosidad. Con la izquierda, la faena creció. Naturales largos, suaves, de bello trazo y arrastrando la muleta. Encajado y siempre bien colocado el torero. Tras un pinchazo arriba cobró una buena estocada. La oreja, de peso. Importante.
 

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