Peris2Luis Carlos Peris.- Coincidiendo casi con el cuarenta de mayo, adiós a San Isidro, ese invento de don Livinio que cada año parece más largo. Se acabó el serial y hay que reconocer que ha sido más interesante que el de Sevilla, aunque de los cinco ausentes de la Maestranza únicamente Perera y algo El Juli han respondido a las expectativas. Tremendo el extremeño en sus dos actuaciones, dando un contundente puñetazo en la mesa donde se cuece el toreo. Feria donde destacaron sobremanera los juampedros de Parladé y un toro del Puerto de San Lorenzo que atendía por Cartuchero. Pero quizá lo mejor de todo es que el toro ha recobrado parte de su fisonomía perdida, más en tipo de embestir y sin necesidad de bajar en trapío. Lo peor, el vandalismo en las salidas a hombros, donde el torero es más agredido que agasajado. Un San Isidro más, o uno menos, según se mire.

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