Maestranza2015Luis Carlos Peris.- Hubo un tiempo en que Sevilla era una plaza de temporada, lo que quiere decir que no cerraba sus puertas en lo que dura el curso taurino. Desde el Domingo de Resurrección hasta el Pilar, raro era el festivo en que no había toros en Sevilla, pero hoy se clausura hasta septiembre con la excepción de las novilladas sin caballos del mes que viene. La novillada de hoy arría el telón y eso es tan triste como inevitable. Las cuentas no salen y como la Empresa Pagés que hoy dirige el cartesiano Ramón Valencia no es, lógicamente, una ONG, pues cerrojazo al canto. La canícula desertiza Sevilla y los doscientos japoneses que siempre andan por los alrededores de la Catedral no aportan el quórum que se necesita para que el negocio no mande a coger cartones al empresario. Es triste, pero si ni siquiera Madrid aguanta los embates caniculares, aquí despedida y cierre.

A %d blogueros les gusta esto: