Lo mejor de la corrida de El Puerto sucedió en el que abrió plaza, un buen toro, el único, que se encontró con un torero inspirado, Antonio Barrera, que lo cuajó con el capote y la muleta, El resto no fu etan hermoso.Cahcón y Ortega denotaron que torean pooc.
Cebada Gago / Antonio Barrera, Octavio Chacón y Álvaro Ortega
Seis toros de Cebada Gago, bien presentados y de pobre juego. Destacó el muy noble primero; el resto, flojos, justo de fuerzas y alguno rajado, como el segundo.
Antonio Barrera: pinchazo y estocada (una oreja) y pinchazo y estocada contraria (saludos).
Octavio Chacón: dos pinchazos y media estocada (saludos tras aviso) y dos pinchazos y atravesada (palmas tras aviso).
Álvaro Ortega: estocada trasera (saludos) y estocada (saludos).
Plaza de El Puerto de Santa María, 25 de julio de 2009. Un cuarto de plaza. Saludaron en banderillas Paco Peña y Pepín Monge.
Carlos Crivell.- El Puerto
La vuelta de los toros de Cebada Gago a El Puerto no congregó en la Real plaza a una legión de aficionados. Parece que son muchos los que sólo revientan las taquillas en contadas ocasiones, lo que naturalmente pone en cuarentena su condición de aficionados. La corrida de El Puerto era novedosa por la presencia de tres espadas en trance de buscar oportunidades, por lo menos así era para Chacón y Ortega, que apenas se visten de luces. La corrida de Cebada no ayudó mucho, faltó la casta y sólo un toro se dejó torear.
Lo mejor de la tarde, de entrada. Nadie podría esperar una lidia tan perfecta como la de Antonio Barrera al primero, a la larga el toro de mejor condición del festejo, más que nada porque fue noble y arrastró el hocico por el albero. Barrera lo recibió con varios lances de enorme plasticidad. La propia faena fue, por encima de otras virtudes, cadenciosa y rítmica. Las tandas templadas por el lado derecho, con pases muy lentos y de exquisito gusto, mostraron un torero que pocos conocen. El mejor Barrera de los últimos tiempos cortó una oreja cuando debieron ser dos si no es el toro que rompía plaza.
A partir de ahí, la corrido fue tomando la cuesta debajo de forma descarada. El mismo Barrera se enfrentó al cuarto con voluntad, aunque el toro fue descaradamente peligroso. La soltura y experiencia del sevillano le salvó de algún disgusto.
Octavio Chacón también toreó bien don el capote al segundo. Estos lances del gaditano fueron airosos, jugando mucho los brazos, como el toreo que patentara el portuense Galloso. El toro fue muy mal lidiado. Comenzó bien Chacón con unos doblones poderosos, pero el animal fue manso rajado y su labor no pudo alcanzar brillo. Apenas dos tandas sobre la diestra con muy poco ajuste.
El quinto tampoco le dejó triunfar. Fue un animal sin clase, siempre con la cara altra, aujque con movilidad pero que se apagó durante la lidia. Octavio Chacón es torero de pases gráciles, alegres y finos. Lo pudo expresar en algunos muletazos pero tampoco la faena tuvo especial contenido. Dado que la espada la manejó con poco acierto, y que su tercero es muy malo, en ambos fue avisado.
Fue novedosa la presencia de Álvaro Ortega en el cartel. Era interesante comprobar su momento después de un largo periodo en el olvido. Manejó con soltura el capote en el tercero. El de Cebada fue soso, manso y flojo. Un toro muy deslucido, pero que en parte se debió a un puyazo horrible en los bajos. Ortega dejó una primera tanda de trazo elegante y ahí se acabó todo. Mató de forma muy meritoria, aunque la espada cayó trasera.
La lidia del sexto fue plomiza. En estos tiempos la corrida se alarga de forma cansina sin motivos aparentes. El animal dio dos volantines al hincar los pitones en el albero y Ortega apenas pudo enjaretar algún pase suelto, aunque ni el toro valía nada ni el torero mostró ahora recursos para superar la prueba. La estocada fue extraordinaria, lo mejor de su tarde en la señorial plaza de El Puerto.
Foto: José Ferrer