camino-abellaLuis Carlos Peris.– Arriado el telón de los mano a mano del año en Cajasol, el acto final fue de órdago a la grande. Nada más y nada menos que Paco Camino en duelo dialéctico con Carlos Abella, un erudito en cuestiones caministas y en casi todas las que componen el universo de Tauro. Fue enriquecedor cómo el que fuese calificado por Gonzalo Carvajal, eminente y sevillanísimo crítico taurino en los felices sesenta, Niño Sabio de Camas fue explicando fondo y formas de su tauromaquia. Y un servidor, que le vio todas sus tardes de Sevilla y muchas más por la tele y varias plazas del circuito, levitaba viendo cómo se ayudaba de las manos para desvelar lo que atesorábamos en lo más hondo del arcano. Fue un pelotazo en una sala que se le ha quedado pequeña a ese invento de José Enrique Moreno pero chocó, bastante por cierto, que pareciera que su paisano Curro Romero jamás existió.

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