Nació el 18 de marzo de 2010 en una explotación ganadera de Melgar de Yuso (Palencia). Pesó 25 kilos y le llamaron Got. Fue fotografiado, filmado, visitado y casi entrevistado, porque se convirtió en el primer toro bravo clonado y en la demostración viva de otro gran salto de la ciencia.
Got fue el único superviviente de los tres clones bravos, hijos de un semental andaluz, que se gestaron en vientres de alquiler, y todo un éxito de la genética animal firmado por un equipo de científicos de la Fundación Valenciana de Investigación Veterinaria, liderado por su presidente Vicente Torrent y la investigadora del Centro Príncipe Felipe de Valencia, Rita Cervera.
Un éxito que no hubiera sido posible sin la colaboración de Javier Azpeleta, dueño de la explotación ganadera en la que Got vio la luz y donde ha crecido todo este tiempo, rodeado de vacas frisonas.
Ahora, con tan solo nueve meses, está preparado para su traslado a la finca ‘El Toruño’ en Utrera (Sevilla), propiedad del ganadero Alfonso Guardiola, donde campará a sus anchas y se preparará para cumplir su destino, hacer honor a su padre y convertirse en un gran semental capaz de trasmitir bravura y poderío a todos sus vástagos.
"Está sano y en forma", aseguró Torrent convencido de que Got es la viva imagen de su padre, Vasito, un toro de lidia, robusto y con cuernos afilados que le cedió sus genes. Nueve meses después, el cerco que hay alrededor de sus ojos confirma que la replica es exacta.
En este tiempo Got se ha convertido en todo un jovencito y en el único superviviente de un experimento que necesitó 28.000 euros y tres años de trabajo. Ya pesa 140 kilos y aunque sus cuernos no miden más de diez centímetros, "le sale la raza", afirmó Torrent, más que satisfecho con el desarrollo del animal.
"Got ha tenido un desarrollo absolutamente normal", subrayó el científico. Y además "ha sido el toro mejor cuidado de la historia" con un seguimiento veterinario muy riguroso y todos los mimos del mundo. De hecho, se gestó en el vientre de Leonis, una vaca lechera, y entre vacas, terneros y novillas ha pasado toda su infancia, en Melgar de Yuso, un pueblo que no llega a los 350 habitantes.
Allí ha tenido una vida muy tranquila, en el corral improvisado con enormes pacas por Javier Azpeleta, para lo que iba a ser una estancia provisional, de apenas doce semanas, y que se está alargando más de la cuenta.
No es que al ganadero le importe tener a Got entre sus frisonas, aunque cada vez le de mas trabajo, pero considera que "lo lógico sería que se criase en una dehesa entre toros de su raza". Más que nada porque, entre tanto mimo se le va a suavizar el carácter y "parece que cada vez es menos bravo", señaló Azpeleta.
Porque aunque el tiempo del estrellato se le haya pasado, Got sigue recibiendo visitas de mucha gente, y posa ante los flashes de todo el que se acerca a Melgar de Yuso, un pueblo cerrateño orgulloso de tener un inquilino tan insigne. Sin embargo para Torrent lo importante es que Got esté "sano y fuerte" para ser trasladado, en el mes de marzo, a la finca de Guardiola, porque en ningún caso el hijo de Leonis y Vasito será lidiado.
Allí cumplirá, cuando llegue el momento, en dos o tres años, con el papel que le depara el destino y será en su vida adulta un gran semental de toros de lidia. Porque a pesar de que Got nunca pisará la arena del coso taurino, sus genes bravíos y su casta dejarán huella en todos sus descendientes.
Solo así dará la razón a la ciencia y abrirá la puerta a otras investigaciones que, según Torrent, "serán espectaculares". Por ejemplo se podría crear un banco de tejidos para clonar cualquier mamífero en peligro de extinción. O se podría clonar a las mejores vacas lecheras y mejorar así la rentabilidad de las explotaciones ganaderas, que no es poco.
Pero esto ya es otra historia y ahora toca darle a Got su protagonismo, el de ser el primer semental clonado, un toro bravo que se forjo un férreo carácter, muy castellano, en sus primeros meses de vida en una finca palentina.