La novillada pobre de Apolinar Soriano dirvió para la confirmación de David Galván, que cuajó un novillo de forma sensacional. El primero hirió a conchi Ríos y al mismo Galván, que puede tener fractura de huesos de la nariz. Juan Ortega defraudó. 

Apolinar Soriano / Conchi Ríos, David Galván y Juan Ortega

Plaza de toros de Jaén, 3ª de Feria, Un cuarto de plaza. Seis novillos de Apolinar Soriano, chicos, justos de fuerzas y de juego variado. Buenos, el tercero, que en principio era el segundo, y el cuarto. Buen par de Salvador Jiménez.
Conchi Ríos, de turquesa y oro, cogida en el primero. Pasó a la enfermería con un puntazo y salió para matar el cuarto con una infiltración. En el cuarto, media trasera (saludos).
David Galván, tabaco y oro, estocada en el primero. En el tercero, estocada (dos orejas). En el quinto, estocada y descabello (saludos tras aviso). Pasó a la enfermería al final del festejo.
Juan Ortega, de marfil y azabache, tres pinchazos, media estocada y dos descabellos (palmas). En el sexto, seis pinchazos y estocada (silencio).

Carlos Crivell.- Jaén

Sigue la feria de Jaén con pobres entradas. Será preciso estudiar los motivos, porque tanto el cartel del domingo como el de esta novillada eran para aficionados buenos. En Jaén puede pasar de todo, desde la agradable sorpresa de los clarines entonando el himno de la ciudad, hasta que una reportera, micrófono en mano, salte al ruedo para recoger las palabras del brindis de un espada a su cuadrilla. Pero Jaén sigue siendo el paraíso interior de siempre, en la plaza suena la banda municipal a gloria pura y ver toros en esta época del año sigue teniendo su encanto.

La novillada fue la confirmación de que David Galván es un serio aspirante a torero. Ya se había cantado en la pasada temporada, con la natural aventura que supone pronosticar en asuntos taurinos. Galván reúne condiciones excepcionales para ser torero de los buenos. Se mueve con soltura, tiene valor probado, la cabeza le funciona a la perfección y está dotado de un buen gusto y elegancia que le salen por los poros.

Mató al primero, que había mandado a la enfermería a su compañera Conchi Ríos. También le cogió y le dio una soberana paliza con hemorragia nasal. Se corrió el turno y lidió al tercero, un castaño que salvó el honor d la divisa, y al que le hizo una faena completa, ya desde el saludo con la capa, para seguir con tandas perfectas de trazo sobre ambas manos. A su natural elegancia, Galván le añadió quietud para pasarse al astado por la faja, y también inteligencia por la forma de componer su trasteo. La faena acabó en alboroto por la ligazón, que adobó con unas manoletinas ajustadas. Dos orejas.

Ya el quinto no le dejó culminar la tarde. Fue otro animal chiquito, muy terciada la novillada, que ni tuvo fuerzas ni capacidad para repetir. Galván volvió a estar sereno, reposado y elegante, aunque ahora ni posibilidades de ligar los pases.

Conchi Ríos se fue a la enfermería al ser prendida en la faena de muleta del primero. En la segunda tanda con la derecha, el novillo le tiró un derrote que le golpeó en el abdomen. El utrero era lo menos que se despacha en su especie, pero se quedó corto y la mandó con los médicos. También quiso hacer lo mismo con Galván. Salió repuesta para lidiar el cuarto, novillo manejable con el que tiró el capote en los lances del saludo. La faena fue corta, de mínimo ajuste, siempre con el cuerpo encorvado y de nula calidad. De forma sorprendente se fue por la espada al poco de haber iniciado su labor. La imagen no fue buena.

Juan Ortega demostró su escaso bagaje con el tercero, novillo que se quedó corto y Ortega no acertó a llevar en su muleta. Entre dudas y medios pases, allí quedó su indudable buen porte torero en algunos muletazos sueltos. Con la espada no mostró ninguna habilidad.

Repitió en el sexto, novillo de poca clase, con que dio pases sueltos con la derecha y se dejó enganchar con la izquierda, todo ello antes de otro mitin con la espada. No ha progresado desde Córdoba.
 

A %d blogueros les gusta esto: