Javier Valverde cayó de pie ante la afición mexicana por su clase y su valor. Después de la corrida, el torero salmantino habló con gusto para nosotros.

P. ¿Cómo vivió la confirmación de alternativa con los toros de Barralva?
R. La verdad que bonita. La única pena fue no haber matado a ese primer toro. Creo que le exprimí demasiado en el último tramo de la faena, pero era consciente de que si no lo apretaba el toro no transmitía, entonces le tenía que presionar para que llegara un poquito de emoción a los tendidos. Eso mismo influyó en que a la hora de entrar a matar, el toro se quedara muy parado. De todas formas he disfrutado muchísimo de esos olés de la México; los había escuchado en la tele y había oído hablar de eso a todas las figuras del toreo, a todos los toreros españoles que vienen aquí, y de verdad es algo que pone los pelos de punta.

P. Usted tuvo un momento de gran inteligencia torera cuando pegó las dosantinas al primero…
R. Yo creo que el toro, por la poca transmisión que tenía, por el pitón derecho sí le podía apretar, pero con cierto toque. Y por el pitón izquierdo era de un muletazo aislado o de dos en dos, entonces para ligarle y aprovechar el recorrido del animal lo que primaba era ese muletazo. La cabeza siempre tiene que funcionar delante de los toros, es muy importante.

P. Los aficionados que estuvieron hoy en la plaza notaron el aguante, la cercanía y el poder. Porque dosantinas hemos visto cientos, pero éstas tenían un mando y una lentitud impresionantes…
R. Estoy contento por el acogimiento que he tenido aquí. Primero porque he disfrutado de estos aficionados. Me he llevado una sorpresa gratísima porque me conocía muchísima gente aquí y me hablaban de la tarde de Sevilla, de la tarde de Madrid de Cuadri, incluso de la tarde de la corrida de Adolfo Martín en Madrid y eso me ha hecho muchísima ilusión. Y luego, al abandonar la plaza me ha gustado mucho ese respeto que he recibido de la gente. Le decía a mi mozo de espadas un poco en broma: “Mira, con lo que se tarda en salir de aquí por esta rampa, tienes que estar bien porque si no, debe ser muy incómodo”. Para mí ha sido muy bonito ver el cariño de la afición de México, cómo después del festejo me han reconocido y he tenido frases de que les ha gustado lo que he hecho delante de los toros, eso al fin y al cabo es lo más importante que le puede pasar a un torero.

P. Quizá el peor lote fue el que cayó en sus manos…
R. Sí, el sexto toro desde luego ha sido el toro más desagradable y encima yo creo que no llegaba a los tendidos. Y eso que he hecho un esfuerzo grande con ese toro por ambos pitones, porque al salir del caballo ni se movía, era como un buey. Y por los dos pitones, incluso con la izquierda, ha habido muletazos de mérito porque no era fácil. El primer toro ha sido bueno, pero con poca transmisión. Ha habido toros que me han gustado de la corrida y le doy la enhorabuena al ganadero.

P. Ha toreado la corrida mejor presentada de lo que va de la temporada capitalina…
R. Fue una corrida bien presentada y acorde a lo que tiene que ser una plaza de la categoría de la más grande del mundo.

P. ¿Tiene más tardes en México?
R. De momento ahora no. Lo que es verdad es que estoy muy contento con el trato de la empresa de La México, que desde que he venido ha estado al pendiente absolutamente de todo. Y lo que está claro es que me encantará volver a este país y que la próxima vez que esté aquí intentaré que no sea a una corrida sólo, sino que sea un mes y pueda torear varias corridas de toros, porque me ha gustado muchísimo. Si le soy sincero, desde novillero fui muy reticente a cruzar el charco ya que terminaba la temporada muy tarde. Por ejemplo, el año pasado la terminé en octubre en Zaragoza y Leganés y empiezo en marzo próximo la temporada en España. También era reticente por la distancia y porque cuando alguien desconoce algo, le teme un poquito. Le aseguro que me he llevado una sorpresa más que grata y que estoy comodísimo aquí.

P. Ha toreado mucho en España las corridas llamadas “duras”, si torea más en México quizá tenga oportunidad de que le salga el “torito de la ilusión” que es tan famoso aquí, al que se le pueden dar 80 muletazos muy templados. Hoy vimos que podría demostrar un arte que a la gente le gustaría…
R. De todos modos lo que pasa es que a veces uno tiene que acoplarse a las exigencias de las empresas y cuando las corridas que te ofrecen son esas, tienes que tirar de la capacidad torera, pero indudablemente mi concepto del toreo es otro. Hoy se pudo ver que soy capaz de hacerle cosas bonitas a los toros y cosas puras, y no es sólo el valor, aunque me agrada que la gente lo reconozca. He estado contentísimo de estar aquí y todo ha sido de diez sobre diez: me encantará volver.

Gastón Ramírez
 

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