López Simón_Jerez2016

López Simón con el toro indultado (Foto: Javier Arroyo)

Carlos Crivell.– En la segunda de la Feria se desató el triunfalismo con el indulto injustificado del tercero, simplemente un buen toro, pero que no cumplió los mínimos exigidos en el caballo. Morante lo bordó con el capote, Talavante estuvo muy bien y López Simón asombró con el indultado.

Plaza de toros de Jerez, 6 de mayo de 2016. Segunda de feria. No hay billetes. Seis toros de Zalduendo, justos de presencia, más bonitos y rematados el 2 y 3. Este, de nombre Tonteras, fue indultado. 1 y 4 deslucidos; 5 inválido; 6, noble algo desigual.

Morante de la Puebla, de celeste y azabache. Pinchazo, estocada contraria y dos descabellos. Saludos. En el cuarto, pinchazo y estocada corta tendida (silencio).

Alejandro Talavante, de lila y oro. Estocada (dos orejas). En el quinto, estocada (silencio).

López Simón, de obispo y oro. Dos orejas y rabo simbólicos. En el sexto, estocada tendida (una oreja).

Con el tercero, el frenesí se apoderó de la plaza. El toro de nombre Tonteras, número 169, fue indultado por López Simón. Si el juicio se hiciera por el caballo, no lo mereció. Como buen toro moderno, pasó por el caballo de forma testimonial. En la muleta embistió mucho y bien, más impetuoso al principio, con dulzura exquisita al final. López Simón anduvo bien, más precipitado al comienzo y con ritmo, quietud y temple en las tandas por ambos pitones al final. Toreó a sus anchas, se tiró de rodillas al final, para acabar con manoletinas. El toro fue bueno, pero de ahí al indulto hay mucho trecho.

El sexto embistió con ritmo desigual. El madrileño toreó firme y valiente con la derecha, muy ligado, para terminar con naturales suaves de mucha calidad. La plaza se entregó a un torero feliz en cercanías. La oreja cayó a plomo.

Abrió plaza un toro alto y poco rematado. Morante se estiró a la verónica con siete lances y media de ensueño. Las chicuelinas del quite fueron prodigiosas. Ahí acabó el toro. Morante se la puso por los dos pitones, pero el animal no humilló ni repitió. Un natural duro un mundo. No hubo más salvo matarlo.

El que mete la mano en los sorteos volvió a sacar lo más malo para Morante. El cuarto fue desigual, a veces más largo y otras corto y frenado. El toreo apretado a la verónica y su valor en una faena de entrega supieron a poco.

Talavante sigue en estado de gracia. El bonito Zalduendo que hizo segundo salió encastado y se rajó al final, tal vez porque no podía seguir la muleta por abajo del torero. Había lanceado de salida con variedad, se quedó quieto en las gaoneras pese al viento, pero la demostración de temple y dominio con la muleta fue apabullante. Le exigió mucho y se fue a las tablas y allí toreó de frente con la derecha arrastrando la bamba por el albero. Unas manoletinas y una estocada le pusieron las orejas en las manos.

El quinto salió flojo y murió derrengado. Talavante lo toreó por alto, bajó la mano con la derecha y el toro claudicó.

La lluvia se hizo presente al final. El público salió satisfecho. Un indulto, Talavante y López Simón con sitio sobrado y las gotas supremas de Morante.

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