Jose_Tomas_Malaga14José Luis López Marín.- Queridos amigos, el pasado sábado 23, la micro temporada de José Tomas, celebró en La Malagueta su tercer y ultimo, hasta el momento, paseíllo. Como cada uno de los celebrados en Granada y León, además de los anteriores, desde sus reaparición, fue un autentico acontecimiento social y taurino en la capital malagueña. Se repitió la llegada masiva de “Tomasistas” que acudieron desde todos los puntos de nuestra península, y de mas allá de sus confines, especialmente de Francia y México. Se repitió el “No hay billetes” en la plaza de toros, en los hoteles y en los restaurantes aledaños al coso.

Hasta aquí todo dentro de una normalidad escrita por la fama y el carisma del protagonista, pero en esta ocasión, en todos los corrillos taurinos que precedieron a la corrida, se vivía, de una manera solapada, como sin querer molestar demasiado a la figura de Galapagar,  la incertidumbre y el descontento de una corrida mixta, en la que no podía haber competencia en ninguno de los dos actuantes, una corrida que nadie entendía, como tampoco entendían que el propio Hermoso de Mendoza, figura en el mundo del rejoneo, se prestara a este espectáculo, que tan poco aporta a la fiesta y a su brillante historial.

Otro de los temores que se tenia, conociendo los precedentes de Granada y especialmente de León, eran los dos toros de Parladé y el de Victoriano del Río, que esperaban encerrados en los chiqueros.

A las siete de la tarde, cuando los alguacilillos iniciaron el despeje de la plaza, en los tendidos del coso del Paseo de Reding, no cabía un solo alfiler. Después de abrir plaza un toro de la ganadería de San Mateo para rejones, salio el primero de lidia ordinaria, un torete de Parladé, blando y sin raza, que encrespó a un publico, que en gran medida es el mismo en cada corrida que torea José Tomas, y que ya venia avisado por lo que había sucedido en corridas anteriores con el ganado elegido por el torero afincado en Estepona, y confiaba en que no se cumplieran los presagios de festejos precedentes. Al final de la lidia de este impresentable astado, José Tomas, escuchó las primeras muestras del desacuerdo que había con las reses que lidiaba.

El comienzo del diestro en La Malagueta, no fue realmente de lo mas esperanzador, pero mire usted por donde, la tarde nos tenia reservada sorpresas agradables, pues los toros que quedaban en los chiqueros colaboraron con el espectáculo, y a fe que nos divertimos con un José Tomas, que ya en su primero esbozo una serie de verónicas de ensueño, algo intermitente, que quedaron diluidas por la falta de raza de su oponente. Con su segundo, de Victoriano del Río, un toro noble, con movilidad y que fue de mas a menos, Tomas ya volvió loco a la parroquia con un toreo variado por verónicas, ajustadas chicuelinas y un quite por caleserinas.

Pero lo mejor vendría con la muleta, tanto en el cuarto como en el sexto: la faena rotunda con la diestra, muletazos templados y de mano baja en su segundo, y la belleza, el ritmo, de nuevo el temple y la majestuosidad y limpieza del natural con el que cerraba plaza. Casi no le tocaron la muleta los toros que sorteó.

¡Se produjo el cambio!

Alguien se preguntara por mi cambio de opinión sobre el toreo de José Tomas. No he sido yo el que ha cambiado. La tauromaquia que venia desarrollando el madrileño, es de muletita retrasada, utilizando mucho la muñeca, la verticalidad, la quietud y el toreo en línea, no tengo nada en contra de esta forma de torear, ¡Faltaría mas! además es la que le ha puesto en el lugar que ocupa, pero a un servidor le gusta mas el toreo de adelantar la pañosa y traerse al burel toreado cargando la suerte, para rematar el muletazo muy atrás. Así es como toreó José Tomas en La Malagueta, con el temple y la ligazón como cualidades mas sobresalientes, y a fe de cómo respondió el público, a ellos también les gusto.

Desde su reaparición en 2007, he de confesar con gran satisfacción por mi parte, que es la tarde que mas me ha gustado (incluyendo la mañana de los seis toros de Nimes), es una pena para la fiesta que este torero no se prodigue mas, y entre otras, haga el paseíllo en plazas como Sevilla y Madrid, además  de medirse con los principales toreros de la época. Nuestra fiesta y la economía de muchas ciudades se lo agradecerían.

Que Dios reparta suerte, amigos.

A %d blogueros les gusta esto: